Sábado y sin plan
Era una de esas tardes de sábado sin plan en las que lo mejor es desconectar, relajar y dedicarse mucho tiempo a una misma ( y mucho amor.)
Era una de esas tardes de sábado sin plan en las que lo mejor es desconectar, relajar y dedicarse mucho tiempo a una misma ( y mucho amor.)
Tenía yo entonces 24 años. Siempre me había fijado en las mujeres maduras a las que admiraba por su cuerpo suntuoso al mas puro estilo de la pintura flamenca. Mi…