Nuestro primer intercambio

Bueno, para llegar al relato que quiero compartir con ustedes comienzo así. Me llamo Orlando , tengo 30 años, mido 1.72, tengo ojos verdes y tengo un físico apreciable, (por lo menos eso me dicen) estoy casado con Diana de 29 años, con 1,70, mujer acuerpada y de buenos atributos físicos. Llevamos tres años de casados.

La conocí cuando tenía 17 años, inocente y virgen de todo, pues tengo que destacar que ella procede de una educación casta y pura y así es ella; bueno, así era. Desde que la desvirgue a los 20 años de edad siempre fui el único hombre que ella conoció.

Siempre lleve una vida doble con ella, siempre le fui infiel y siempre la engañé al punto que esto era una rutina para mi «poner los cuernos a mi novia y ahora esposa» Lo hice cualquier cantidad de veces pasando por familiares de ella, amigas de ella, conocidas, desconocidas, prostitutas….. Y ella tan inocente como siempre. Claro que yo como buen descarado puedo jurar que la amo.

Como siempre en la vida uno tiene confidentes y como siempre en la vida existen las peleas y amigos que se van… con tan mala suerte que un amigo que se fue decidió poner al tanto de todos mis años de infidelidades y perversiones a mi mujer. El muy desgraciado contó con detalles tan perfectos y con fechas tan exactas que era imposible para mi mujer no creer el libro de historias que estaban contando de mí.

Podrán imaginar el Apocalipsis que llego a mí vida, estaba tan desenmascarado que no pude negar nada y lo más grave era causar dolor a mi esposa que era tan buena pues sufrió mucho, ella paso días enteros encerrada llorando. Después de todo logré que ella siguiera a mi lado jurando toda clase de promesas, aunque a decir verdad creo que ella no me abandonó por nuestro pequeño hijo.

Nuestra vida continuó así como también nuestra vida sexual, creyendo estar perdonado regresé a mi antiguo mundo de infidelidades, volviendo a emprender la racha de infidelidades. Algún día tuve un discusión con Diana por encontrarme un papel de otra mujer en mi billetera, y pronunció una frase que me impactó mucho «quiero hacer lo mismo, quiero tener otra persona para saber que es lo que tu sientes, quiero que otro me posea para saber si tu tienes razón, quiero que otro me haga sentir que puedo vivir sin ti…….» Descaradamente estas palabras en vez de darme remordimiento me pusieron cachondo de inmediato, ya que siempre fantasee aunque nunca le comenté a mi esposa que me gustaría verla tirar con otro y que me gustaría ver como se mete otra verga en su boca tan linda. En aquel momento no paso de ser palabras pero interiormente esta idea quedo paseando en la cabeza de ambos. En mi cabeza por fantasía y en la cabeza de ella por venganza.

Tiempo después, haciendo el amor comencé a fantasear con la idea de que otro hombre estuviera con ella así que empecé a decir en voz alta palabras como quieres hacerlo con otro, a lo ella contestó que sí, fantaseaba diciéndole que le chupara la verga, que le lambiera la cabeza del pene, que abriera más las piernas para penetrarla, le grite que era una perra, le dije que imaginara como le metian una verga más grande que la mía etc etc,,, el grado de exitación fue tanto que ambos nos corrimos de la manera más brutal que en nuestros 11 años de estar tirando lo habíamos hecho.

Un día caminando con mi esposa después de beber unos tragos, me quede mirando a mujer muy bonita, Diana con sus celos de siempre me reclamo el mirarla con ansias, a lo cual le respondí que otra fantasía mía era verla tirar con otra mujer, ella con rezagos de su buena y pulcra educación se escandalizó para después quedarse meditando y decirme… entonces a mi me gustaría verte tirar con otro hombre y que te lo chupes y que te penetre por el culo (les confieso que ella nunca accedió al sexo anal),,,, yo asombrado y al ver su cara de lujuria le respondí que sí, pero que el otro hombre se la debía comer después a ella, a lo que ella hizo un gesto de aceptación. En un momento desesperado la tome del brazo y le dije que consiguiéramos alguien para hacer el intercambio. Ella no muy convencida accedió, de común acuerdo decidimos que en el periódico buscáramos una persona y que al verla si nos agradaba lo contratábamos.

Conseguimos el número, decidimos llamar y contesto un hombre de voz gruesa y varonil, hablé yo, propusimos una cita inmediata y partimos rumbo al encuentro del que sería nuestro amante. En el camino mientras conducía ella cogía mi verga y yo su coño y sus tetas, era inminente que estábamos bastante cachondos y resueltos a lo que fuera.

Llegados a la cita nos presentamos, el tipo era un hombre moreno , de 1.86 de estatura y muy acuerpado. Le comenté lo que queríamos a lo cual el accedió fácilmente, No sin antes lanzar un piropo a mi esposa, que en minifalda se veía muy sensual.

Nos dirigimos a un motel alejado de la ciudad, entramos y nos encontramos en el cuarto, listos para la acción, se me helo la sangre al pensar que estaba a punto de putear a mi esposa, sentí que ella también se sintió retraída pues una cosa es querer y otra cosa es tener la situación en frente.

Decidimos pedir champaña para no enfriarnos, el hombre negro se sentó y nos observaba, mi mujer se tomo una copa rebosante de un solo sorbo y yo hice lo mismo….. vacilé pero le dije a Diana,,,, que quieres hacer… al mismo tiempo empecé a sobar su coño y ella se sintió relajada…. me miró fijamente y me dijo «quiero que te corras con el » me dio un gran beso y le dijo al hombre negro «quiero que lo trates como una puta, y quiero que lo cojas por detrás» a esa altura el hombre negro ya se frotaba su verga y caminaba hacia mi… yo que siempre me precie de ser un gran macho, estaba hay frente a mi mujer y sabiendo que al momento un hombre me estaría follando….. el me cogió la mano y la puso en su entrepierna, sentí una verga mucho más grande que la mía, mi mujer dijo «acaríciala y sácala, a lo que no tuve más remedio que arrodillarme y sacar su gran instrumento, lo cogí con mi mano, me sentía extraño pues nunca había tenido otro pene aparte del mío, mi mujer con mirada de lujuria dijo chúpala a lo cual cerre mis ojos, abrí la boca y me entro la verga, con mi inexperiencia casi me vomito pues me la metí hasta el fondo a lo que mi mujer dijo «maldito así te quería ver» «ves que no es bueno» «chúpala, seguí con mi tarea de mamar aquella verga, empecé con su glande y luego con el tronco, dando movimientos rítmicos que pronto comencé a asimilar, me olvide del mundo y lo mame con ganas por espacio de 15 minutos, mi mujer tomo mi mano y la puso en su coño para que yo supiera que estaba mojadísima, diciéndome » te regalo mis jugos para que te lubriques y no te duela tanto por que te llego el momento » le dio la orden al negro para que me volteara, yo con lo jugos de mi mujer me embadurné el culo y me prepare para ser penetrado por semejante verga que debía medir por lo menos 23 ó 24 cm.

Por primera vez sentí una verga entrando en mi, él empezó a empujar muy suave pero a medida que avanzaba el dolor me mataba por dentro, fue un dolor intenso, tal vez el más intenso que he tenido, pero a la vez placentero, en un abrir y cerrar de ojos me ví penetrado con toda esa verga por dentro, grite, gemí y trataba de despegarme pues me dolía mucho, pero mi mujer me tenía y me hacía fuerza en las nalgas para que no me retirara e impedía que se me saliera, siguiendo en ese ajetreo empezó a parar el dolor y comencé a sentirme bien… no podía creerlo, yo disfrutando de la penetración de un negro de verga descomunal, comencé a pajearme ante la mirada de mi mujer y meneando mis caderas y mi verga me corrí deliciosamente……. al momento volvió el dolor y a esa altura el negro ya estaba muy excitado, pero yo de un gran empujón me libre de aquella verga….. sonriendo depravadamente mi mujer dijo «es mi turno» y se abalanzó sobre aquel negro y le empezó a hacer una mamada, para momentos después estar pentreda por aquella verga, ella grito y grito por el dolor, después hizo lo que nunca hizo conmigo, dejo que el negro terminara en su boca y derramara dentro de ella toda esa carga de leche la cual tomo toda…. yo volví a estar arrecho y desee culiar a mi mujer pero se nego diciendo que en está vez yo no tendría derecho a ella….. transcurrienron unos minutos……. mi mujer con una nueva mamada hizo recuperar al hombre negro para volver a ser penetrada de diferentes poses sodomizandola de la manera más brutal hasta que llego el momento en que mi mujer decidió entregarle la virginidad de su culo al negro…. se lubricó bien y en posición sumisa le entregó a aquel desconocido lo que nunca me entregó a mí. Me dijo que me acercara, que quería tenerme cerca, así lo hice…… el hombre comenzó a bombearla suavemente hasta que un grito de dolor anunció que aquel culo era penetrado hasta el fondo, ví como esa inmensa verga desapareció en el culo de mi mujer hasta estrellarse los huevos con las nalgas de ella…… con un ritmo inmejorable este hombre se tiro a mi mujer y por primera vez sentí celos, pero yo sabía que era la venganza de ella….. cuando el hombre negro estaba en su punto, mi mujer se saco la verga del culo y se lo mamo nuevamente para tragarse hasta la última gota de leche…. terminando con una buena aseada con la lengua, hasta que desapareció todo rastro de leche en la verga del negro……. Yo de hacía rato había detenido mi exitación para sumergirme en el más profundo sentimiento de culpa por llegar a putear a mi mujer…. por profanar a alguien puro al mundo de la lujuria…… Ella por su parte rompió a llorar, le dijo al hombre negro que se retirara y después de un par de horas de lamentaciones hablamos de lo ocurrido. Ambos teníamos sentimientos encontrados de culpa… pero lo habíamos disfrutado.

Días después descubrimos que recordar este episodio nos excitaba…. ya estábamos atrapados y habíamos iniciado el camino de la lujuria para no salir de el.

El caso es que luego de esta experiencia, vinieron otras y muchas más con escenarios como: Mi mujer tirándose a dos hombres, mi mujer tirandose a otra mujer, mi mujer con tres hombres, yo tirándome a dos mujeres, yo tirandome con otro hombre y hasta con dos hombres…….

Puedo decir que mi mujer se convirtió en una tragadora insaciable de penes y su leche, una insaciable deseosa de otras mujeres, una amante de las orgías, una enamorada del sexo anal y todo lo que a ustedes se les pueda ocurrir, eso le gusta.

Yo por mi parte me he convertido en un tipo que disfruta del sexo con mujeres y con hombres por igual, a mi también me ha gustado tomar la leche de otros hombres, me encanta el sexo anal, como también me siguen gustando las mujeres en todo su esplendor.

Mejor aún es saber que ya no le pongo los cuernos a mi esposa, que mi relación con ella ha mejorado y que somos muy felices en el campo sexual…..

Si quieren compartir correspondencia conmigo y si acaso a mi mujer pueden escribirme a mi e-mail

Autor: poseidon14
[email protected]

Por rocio

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