Me follaban por turnos

Llegué a las 20,30 a las oficinas del empresario que me había llamado, al llegar me atendió su secretaria Clara, una joven de 21 añitos, muy guapa, morena y con muy buen tipo, que me dio la bienvenida, dos besos, y me acompañó a un despachito donde pude dejar la mochila que había traído y con ella delante me puse mi vestido de látex negro, mi peluca rubia platino y mis labios morados con purpurina en ellos, también unos guantes de látex negros ella me dejó unas sandalias moradas con tacón muy alto, mis piernas estaban totalmente depiladas, y quedé muy sexy.

Clara llamó al empresario, Juan Antonio, de 47 años de edad, bigote, un poco calvo pero con buena planta (y buen rabo, cosa que descubriría, más tarde), Clara se sentó en un sillón con sus piernas bien separadas mostrándome un tanga de color verde, y yo me senté a su lado y comencé a acariciar su coño por encima del tanga mientras nos besábamos lascivamente. Después me arrodillé y comencé a comer el coño de Clara, era delicioso, totalmente afeitado, abrí sus labios y lamí como una desesperada, mientras le humedecía el ano con un dedo, después pasé a su clítoris, mientras le metía un par de dedos en el coño y otro par de dedos en el culo, así hasta que ella se corrió. Me besó lascivamente y me volvió a retocar los labios, pasamos al despacho.

Hola, esta es Sylvia, dijo Carla al entrar, Juan Antonio me dio un cachete en el culo, me ofreció una copa, que yo me tomé, seguidamente, se sentó a mi lado en un sofá y puso una película porno en la TV, y se desabrochó el pantalón y se sacó su polla morcillona, no sin que antes yo hubiese manoseado su paquete por encima de sus calzoncillos. Me agaché como puede y me metí su polla en la boca, para chupársela un poco más, cuando ya estaba suficientemente dura le puse un condón. En esto la puerta se abrió y pasaron 5 amigotes suyos, entre 45 y 60 años, el más joven de todos era un empresario negro, altísimo y fortísimo, todos traían su maletín, e iban trajeados como debe ser. Dejé de chuparle la polla a Juan Antonio y me fui al centro del despacho, y allí de rodillas les dije: ¿A qué esperáis?, a ver, enseñarme esas pollas – Tienes ganas de rabo ¿eh, putita?

En un momento estaba rodeada de 6 pollas, y comencé a chupar como una posesa, al negro lo dejaba para el final pues ese era mi plato fuerte mientras comía una polla, siempre procuraba que mis dos manos estuviesen masturbando otras dos, mientras mi culo era sobado, chupado, penetrado con varios dedos… todos con un condón, así una por una estuve un buen rato comiendo pollas sin apenas tiempo ni para respirar.

Ni que decir tiene que el negro tenía un rabo descomunal, que abarcaba mis dos manos y aún así no podía llegar a chupar más que hasta la mitad, pues ya me atragantaba , sin duda era un pollón de unos 26 cm como poco, después me tumbaron en el sofá, y mientras la peli seguía, llegó Clara, y con unos guantes rojos de látex y vaselina empezó a meterme un dedo en culo, luego otro, y después un pequeño vibrador… que introdujo para dilatarme un poco, mientras todos seguían pajeándose, o volviéndose a poner a tono.

Me empezaron a penetrar, mientras me enculaba uno, yo chupaba otra polla, y pajeaba a otros dos, los otros dos descansaban y se tocaban de vez en cuando, teniendo en cuenta que Clara estaba sentada abierta de piernas en otro sillón tocándose el coño, alguno aprovechó para follarse a Clara, que también de vez en cuando aprovechaba para comer alguna polla, en todo esto a mí me seguían follando estos 6 hombretones por turnos, después cambiamos de posición y me pusieron a 4 patas con el culo respingón y me enculaban mientras tenia una polla en la boca y justo al lado otra que iba alternando, mientras los otros tres ya estaban follando a Clara por el coño, por el culo y por la boca, a cual parecía disfrutar muchísimo pues no paraba de gemir y de pedir más y más

La oficina ya había cerrado pues si no los gritos de Clara los hubiesen oído hasta en la planta baja, en recepción… como gritaba la muy perra, se nota que estaba cachonda perdida.

Después me tumbaron sobre la mesa del despacho y los seis hombres se quitaron los condones y comenzaron a correrse sobre mi traje de látex, que quedó totalmente lleno de leche, estaba totalmente manchada como un autentico putón, yo con la cabeza mirando al lado contrario y hacia abajo para evitar ser salpicada. Allí el negro me hizo fotos con una cámara digital, bueno durante toda la follada nos habían hecho fotos privadas a Clara y a mí para su colección, y todo había sido grabado con una videocámara. Allí mismo después mientras ya relajados, y yo con mi traje ya limpio, tomábamos una copa, pasaron la cinta de 8 mm a cinta de video, su copia, y nos dieron una copia de la cinta a Clara y otra a mí.

A la mañana siguiente recibí en mi e-mail varios e-mails donde se me mandaban unas 40 fotos de aquel encuentro. Ahora mismo estoy en casa sola, vestida de putita mientras me masturbo con mi consolador y veo la peli y las fotos.

Autor: La zorrita mamadora

Por rocio

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