En la tienda

Ocurrió en su tienda, una tarde que no olvidaré.
[email protected]

Ella trabaja en una tienda , en un centro comercial.
De vez en cuando, le doy la sorpresa de ir a visitarla, así, por sorpresa.
Esa tarde estaba especialmente guapa, ella lo es siempre, pero esa tarde estaba especialmente hermosa.
Vestida de negro, llevaba una camiseta que dejaba ver su canalillo, que tanto me excita.
Al llegar, nos besamos como siempre, con cuidado de que no haya nadie en la tienda,
o nos vean desde fuera.No había mucha gente esa tarde en el centro comercial.
Generalmente, nos ponemos detrás del mostrador a charlar, o a besarnos, y ,
de vez en cuando, se me va la mano hacia su precioso culo. Esa tarde llevaba un pantalón elástico negro, que permitía que pudiera meter la mano con facilidad.
Esta vez llevaba un tanga, lo que dejaba que pudiera tocar y pellizcar su culo. Tiene un
culo increíble, suave, grande, hermoso.
Ella es muy ardiente, y sólo con eso, ya se moja de una manera que no os imagináis.
Yo suelo llevar pantalones muy finos, y ella rápidamente echó mano de mi paquete,
que empezaba a crecer como ella sabe hacerme.
Ya habíamos hecho esto muchas veces, con disimulo, detrás del mostrador, para no ser vistos por posibles cliente, pero esa tarde ocurrió algo.
Estábamos tremendamente cachondos y la tienda estaba vacía, no entraba ningún cliente
desde hacia mucho rato. Ella tuvo que entrar a un almacén pequeño que hay detrás, a mirar unas cajas, Y yo fui tras ella. La abracé por detrás, besándole el cuello, y pasando el dedo por su escote, cosa que la pone a 1000 por hora. Tiene unas tetas muy sensibles, y a la mínima, se le ponen los pezones duros y gordos. Se los pellizqué suave al principio y luego cada vez mas fuerte, mientras seguía besándole el cuello.
Yo pensaba que ella iba a decirme «Estate quieto, que puede entrar alguien». Realmente,
era peligroso, si alguien entraba podía vernos in fraganti. Pero mi sorpresa fue,
que se volvió ,mirándome con unos ojos de estar muy muy cachonda y de pronto, se agachó frente a mi, desabrochándome el cinturón, la cremallera y el pantalón. Yo estaba realmente excitado, aunque preocupado por la situación si alguien entraba.
Me sacó la polla y empezó a lamerla y a chuparla como solo ella sabe hacer, llenándola de saliva, como a mi me gusta, lamiéndola una y otra vez, agarrando mis huevos con la mano…
Lo peligroso de la situación la calentaba aun mas, metiéndose toda la polla en la boca y
mirándome con unos ojos de deseo que ya conozco de otras muchas veces.
Al cabo del rato, ya no pude más. La hice levantarse, le desabroché el pantalón
y le bajé el tanga. Su coño depilado estaba frente a mí. Me agaché y durante un
rato se lo comí, mientras escuchaba sus gemidos y suspiros.Estaba empapado ya antes
de comerselo.Tiene una gran facilidad para mojarse. Como me gusta sentir su liquido
en mi lengua !!!.En un par de minutos, los gemidos aumentaron y se corrió en toda mi boca.
Yo ya no podía más!!!!. Le dí la vuelta , la apoyé contra la pared, y agarrando su
gran culo, que yo tenia frente a mi, se la metí en su coño empapadisimo.Comencé a meterla y sacarla muy suavemente,yo sentia mi polla empapada, entraba en ese coño precioso con una facilidad increíble. Ella me agarró la mano para que le masajeara el clitoris mientras mi polla entraba y salía de ella. No tardó en correrse de nuevo, intentando no hacer mucho ruido para no ser descubiertos.
Mi polla estaba a punto de correrse, e hice lo que a ella le gusta: le di la vuelta,
y la agaché: su boca quedaba a la altura de mi polla tiesa, durisima. Empecé a masturbarme junto a sus labios, ella con los ojos me pedia: «Córrete ya en mi boca!!! Báñame entera de tu leche!!!»,a la vez que , con su lengua, ayudaba, tocando con ella la punta de mi polla.
Ya no pude más, me corrí en su boca.Estaba tan excitado que le llené la boca, la cara con mi leche caliente.Que cara de satisfacción tenia ella, ahora lo pienso y vuelvo a
empalmarme!!!!.
Se quedó unos segundos todavia lamiendo mi polla llena de leche.En ese momento, oimos un ruido. Alguien entraba. Por un segundo nos paralizamos de miedo. Pero ella reaccionó:»Un momento, que estoy en el almacén!!!!» gritó . Suerte que allí ella guardaba, entre las cosas de la limpieza, unas cuantas cajas de pañuelos de papel, y rápidamente, pudo limpiarse toda mi leche que bañaba su boca y su cara.
Al fin, en unos segundos, y tras vestirse como pudo, salió a atender a la clienta.
Yo me tuve que quedar escondido, para no descubrirla, durante 15 minutos, hasta que la
cliente dejó la tienda. Una vez salí, de nuevo nos dimos un beso tras el mostrador,
un beso apasionado, de un par de minutos. Al irme, miré hacia ella para despedirme y tenía una sonrisa pícara de satisfacción que no olvidaré.
Te quiero, leona.
[email protected]

Por rocio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *