Una amiga de mamá quiere vérmela por cam

– ¿De qué hablas por messenger con tu amiga, mamá, que te ríes tanto?

– Nada, hijo, nada, jajaja.

Marisol tenía 40 años y su hijo Pablo 18. Vivían solos desde que Marisol se separó de Ricardo, el papá de Pablo.

– ¿Qué te cuenta?

– Jaja, nada, es una guarrilla.

– ¿Y eso? ¿De qué habláis?

– Me está preguntando por ti, jaja, pero mejor no quieras saber.

– Sí, dime, no me dejes así.

– Jaja, nooooo, ¿qué vas a pensar de mi amiga si te lo digo?

– Pero si ya me has dicho que es una guarrilla.

– Me dice que le gustaría verte pronto, que hace 4 años que no te ve y te habrás desarrollado mucho, jaja.

– ¿Y por qué habla de eso?

– Jaja, ya te lo puedes imaginar, jaja. Me pregunta si tienes tableta de chocolate.

– ¿Y qué le has dicho?

– Que no lo sé, porque siempre estás con camiseta.

– Pero sí lo sabes, mamá, que voy al gimnasio.

– Ya, pero yo no te la he visto, jajaja. Le voy a decir que según tú sí que tienes.

– ¿Qué contesta?

– Que ponga la cam y se la enseñes, jajaja.

– ¿La tableta de chocolate?

– Sí, hombre, ¿qué va a ser?, jajaja.

– Pero que ponga ella también la cam.

– No, dice que no se atreve. Que es tímida, ¡tímida dice!, jajaja.

– Dile que le ponemos la cam si ella también la enciende.

– Dice que si te quitas la camiseta como haciendo un striptease que la pone, jaja.

– Pues venga, acepta, se va a enterar ésa.

– Jajaja, hijo, qué atrevido.

Marisol puso la cam y su amiga hizo lo mismo. Al otro lado había una chica de treinta y pocos años, era amiga de mamá porque fue su monitora de aeróbic unos años antes, hasta que a Beatriz, que así se llamaba, la mandaron a otra ciudad. No habían vuelto a verse, pero tenían contacto por messenger.

– Dice que empieces el striptease, jaja.

La chica del otro lado estaba en tirantes, igual que la mamá, que llevaba también un pantaloncito corto.

Como lo prometido es deuda, Dani, que estaba de pie junto a su madre sentada, hizo un poco de bailoteo y se quitó la camiseta. Su madre se giró para verle bien y la amiga a través de la cam puso un gesto de sorpresa.

«Sí que está bueno tu hijo sí, dile que siga quitándose cosas».

– Jajaja, mira la zorrilla ésta lo que dice, siempre está igual, no para.

«Mi hijo no quiere quitarse más cosas».

– Dile que si ella se quita la camiseta, yo me quito el pantalón.

– Jajja, ¿quieres que le diga eso?

– Sí, díselo, pero se la tiene que quitar ella primero.

Fue escribírselo y Beatriz se quitó la camiseta, dejando a la vista unas tetas apenas cubiertas por un tenue sujetador de color negro que dejaba poco a la imaginación.

«Es su turno».

Dani cumplió su parte y se bajó el pantalón dejando a la vista de ambas mujeres su ajustado bóxer en el que se marcaba su polla ya en estado morcillón.

«Que siga, que se lo quite todo».

– Jaja, mira lo que dice, le voy a apagar la cam.

– No, mamá, dile que si se quieta el sujetador, yo me quedo en pelotas.

– ¡Halaaaaaa, hijo, qué bruto eres! Mira, me pregunta que qué estás diciendo.

«Que si le enseñas las tetas, te enseña la polla».

A Dani le sorprendió el lenguaje de su madre. Y más aún que a Beatriz le faltó tiempo para llevarse las manos a la espalda y desabrocharse el sujetador, dejando a la vista de madre e hijo sus espléndidas lolas.

En ese momento, Dani se puso a tope.

«A ver esa polla».

Dani no sabía dónde meterse, ahora se arrepentía de sus palabras.

– Venga, hijo, ella cumplió su parte – dijo la madre sin quitar ojo de la entrepierna de Dani.

– Está bien, pero si está en un estado que no os gusta, no os asustéis.

La madre escribió: «Dice que no te asustes si está empalmado, jaja».

«Precisamente me gustará más verle así».

Dani se llevó las manos a los bóxers y de un tirón se los bajó, dejando a la vista de ambas mujeres su enhiesta polla que apuntaba hacia el techo.

La madre dijo:

– Pff, hijo, menudo escopetón, parece que vayas a ir de caza, jajaja.

«Vaya pollón, dile que me la comería entera».

– Jaja, hijo, mira lo que te dicen, ¿estás leyendo?

– Sí, sí que leo. Dile que venga que aquí la espero.

– Hala, no seas tan atrevido, no le voy a decir eso.

«¿A que no te atreves a tocársela, Mari?»

«Jajaja, ¿pero qué dices?»

«Eso, que no te atreves»

«Pero si es mi hijo!!!»

– Mira, Dani, lo que me pregunta.

– ¿Y te atreves o no?

– La pregunta es si tú te atreves a que yo te la toque.

– Puesss, si es sólo agarrarla… sí.

– Jajaja, es sólo agarrarla, a ver qué te piensas.

– Pero dile que antes se quite ella la ropa que le quede.

«Quiere que nos hagas un striptease, que si no, no me deja que se la toque».

Rápidamente, Bea se puso en pie y pudimos ver que llevaba sólo unas braguitas, que no tardó en bajarse.

– Que acerque la cam.

«Acerca la cam, queremos ver de cerca lo que tienes ahí».

Beatriz acercó la cámara a su conejito y madre e hijo pudieron comprobar lo depiladito que lo tenía.

«Está listo para que tu hijo me meta ese pollón que tiene».

– ¡Pero qué burra es!

«Ahora cumple tu parte».

– Ay que ver…

Dani se acercó a Marisol y le puso la polla a escasos centímetros de la boca. Marisol era consciente y soltó una risita. Alargó la mano y acarició el pene desde la base hasta el glande.

«Cáscale una paja».

«Halaaa, no seas bruta».

«Hazlo».

– Dile que aceptas, mamá, pero si ella se pajea delante de la cam.

– ¿Estás seguro? La verdad a mí también me apetece hacerlo, jeje, pero avísame antes de que te corras, que eso estaría mal entre una madre y un hijo.

– Claro, yo te aviso.

«Tienes que masturbarte mientras nos miras».

«Eso está hecho».

Y la madre dirigió de nuevo la mano a la polla de su hijo, esta vez agarrándola totalmente, y empezó a moverse lentamente de arriba abajo, mientras Dani echó la cabeza para atrás pero sólo un instante porque no quería perderse aquel espectáculo de su madre pajeándolo.

Al otro lado de la cam, Beatriz se metía un dedo y disfrutaba con el morbo que le daba la situación.

«Cómesela, cómele esa polla».

La madre miró al hijo con cara de interrogante, el hijo hizo un gesto de consentimiento y Marisol se metió aquel miembro en la boca todo entero.

Cerró los ojos y se concentró en hacerle una buena mamada a su hijo del alma, haciéndole ver a Bea que ella también podía ser muy, pero que muy guarrilla.

Madre e hijo dejaron de atender a la cam y se centraron ambos en la mamada.

– ¡Mamá, me corro!

La madre continuó mamando deprisa y se la dejó metida en la boca mientras la polla de Dani hacía espasmos y los chorros de semen iban a parar al fondo de la maternal garganta. Cuando hubo salido todo el esperma, se la limpió con la lengua y le dijo:

– Bueno, hijo, ahora vete a darte una duchita mientras yo le pregunto a Bea qué le ha parecido. Si es que es más guarrilla esta mujer…

Rungo

Por rocio

5 comentario sobre «Una amiga de mamá quiere vérmela por cam»
  1. pues esta chido pero poco creible no creo que una madre haga todo eso enfrente de u hijo aun que la realidad supera la ficcion

  2. hay mamàs que son solteras, divorciadas o viudas, què son bien calientes y putas, y lo digo por experiencia propia… a mì no me extraña nada…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *