Historia real con una mujer madura

Hola, por fin me decido a empezar mi relato. De vez en cuando me gusta leer relatos eróticos, sobre todo aquellos que son factibles, nada de esas fantasías raras y que solo son posibles en la mente del autor. Yo como no tengo mucha imaginación, me limitaré a contar mis vivencias personales, ni más ni menos, eso sí, puede que los nombres que aparezcan en el relato no se correspondan con los reales, pero bueno, supongo que los nombres aquí es lo de menos.

Este relato tiene dos personajes protagonistas, yo, que ahora tengo 24 años, pero los hechos que les contaré datan de hace 2 años. Yo tenía 22 y ella… 40 por aquel entonces.

¿Cómo nos conocimos? Muy típico, hablamos por el chat de nuestra ciudad, la agregué al Messenger y seguimos charlando sobre nosotros, la envié mi foto… -”Que chico tan guapo” me dijo, no la creí, ella me envió su foto, no estaba mal, pero bueno, no lo di mayor importancia, una foto de tantas como las que te mandan por el Msn.

Tardé un tiempo en volver a hablar con ella, unas semanas creo recordar, y desde ese día hablamos un poco más seguido, nos contamos nuestras cosas intimas, etc… Está casada, tiene un hijo de 10 años y un trabajo bien pagado en una importante empresa, y hablando, hablando, pensamos a ambos nos apetecía conocernos en persona, y tal vez, algo más. Pues así fue, en unos días allí estábamos frente a frente, la verdad que la situación no fue para nada tensa, y ese día hablamos frente a una taza de café, fue una conversación cordial. Rubia, pelo por los hombros, unos ojos castaños, estaba rellenita, pero bueno, a mí nunca me importaron unos kilitos de más, de pecho andaba bastante bien, la verdad que cuando la vi, me dije, si, me apetece acostarme con ella.

Quedamos algún día más a tomar algo y si, a ambos nos apetecía pegar un polvo, el problema es que no había un sitio propicio para ello.

Un día me propuso que la acompañase a unos recados en coche, y yo, pues sí… fui, y bueno, la cosa se empezó a calentar, así que mientras conducía por la carretera… la subí como pude la falda, le aparté el tanga y la empecé a meter un dedo, dos, estaba muy mojada, y cuando me quise dar cuenta había parado el coche en una trasera de una urbanización, la verdad, a mí aquello no me daba buen rollo, me daba la impresión de que alguien podía aparecer en cualquier momento, pero, nos miramos, nos empezamos a besar, meter mano y me dijo si me apetecía follar, no lo dudé, y dije, “claro”, “pues vamos a la parte de atrás”.

Afortunadamente era un todo terreno, ella se tumbó, la desabroché la camisa y le subí los pechos por encima del sujetador, se alzó la falda y disfruté quitándola el tanga, bueno, no se lo quité del todo, lo dejé en un tobillo… sin pensarlo dos veces metí mi cabeza entre sus piernas, la mordisqueé los muslos, pasé mi lengua por su rajita y con los dedos separando sus labios metí la lengua, y después me entretuve en su clítoris… puff. La situación era deliciosa, yo estaba muy motivado y ella con su mano, me oprimía la cara contra su coñito. Se incorporó, me la chupó, bastante bien por cierto, no podía más, saqué un condón, me lo puse y me puse sobre ella…

Mis labios chupaban sus pezones, mordisquitos, Mmm, y se la metí, y empecé a moverme sobre ella, la verdad es que estaba realmente con ganas, no tardó mucho en correrse, yo sin embargo seguí…y a ella la gustaba. Sin pensarlo más la dije que se diera la vuelta, que se pusiese a cuatro patas, que me apetecía darle por el culo, se que a ella por detrás no le gustaba mucho, así que no estaba convencido de que se dejara, pero no dijo nada, se puso con el culo en pompa y con la cabeza pegada al asiento. Le comí el culito durante un rato, metí un dedo, la puse saliva, dos dedos, y creo que estaba lista para admitir mi pene, y así fue, no costó mucho el meterla, delicioso, estuvo un buen tiempo en esa posición hasta que no pude más, me corrí increíblemente, fantástico, nos abrazamos y besamos, pero…pasada la pasión del momento pensamos que tal vez lo más recomendable sería salir de allí.

Me dijo que había estado muy bien, que no disfrutaba así con su marido, y que le dolería el culo unos días, que no estaba acostumbrada a un pene de ese grosor, y por eso la dolió un poco, pero que aun así la encantó. Se me olvidó un dato, un dato importante que dota de morbo a todo el polvo, yo tenía una cámara de fotos digital y ella me dejó hacerla fotos en todas posiciones… (No, no me pidan las fotos, porque como es obvio no las voy a mandar, tengo su permiso para publicar esto, pero no para enviar las fotos)

Y esta fue el primero de muchos otros encuentros que si lo desean les seguiré contando, la verdad que ese día fue genial, pero poco a poco fuimos probando cosas nuevas en nuestra relación…ya lo contaré.

Autor: Ano Nimes

Por rocio

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