La apuesta con la francesita

Soy de México y tengo una amiga francesa que vive aquí y aunque hace algún tiempo que no hablamos, el partido del mundial entre México y Francia nos hizo retomar el contacto. Empezaron las bromas sobre que equipo era mejor, lo típico, las cosas fueron siendo cada vez mas agresivas hasta que propuse una apuesta, empezamos por dinero, pero era muy poco, asi que seguí retándola, hasta que ella me pregunto que era lo que quería apostar, y yo le dije: tu ano.

Ella se negó por supuesto, de hecho ya se lo había pedido mas de una vez y a ella no le gusta el sexo anal, quizás se lo hicieron mal, no lo se. Al negarse yo le cuestione si no le tenia confianza a su equipo, después de mucho labor de convencimiento ella empezó a ceder, y me pregunto y tu que pierdes?

Lo único que yo le podía ofrecer era dinero, empezamos a manejar cifras, hasta que llegamos a una que acepto.

Todo estaba puesto y en espera del partido, el día llego y mientras transcurría nos enviamos mensajes por celular, le decía «ese culo sera mio» ella se reía y se burlaba de la selección mexicana y yo de la francesa.

El primer gol cayo, claro que ella decía que no era valido, yo empezaba a saborearme y pensar en lo que le haría, después cayo el segundo de penal, ella seguía quejándose, que el penal no era etc etc.

El partido acabo y yo le decía que ese culito ya era mio, ella tras muchas quejas y reclamos termino aceptando y que tendría que pagar sus apuestas.

Ese dia festeje, y le dije que yo le avisaba cuando me pagaba.

Fue al dia siguiente que decidí que era buen momento para el pago y ella accedió por lo que nos quedamos de ver para ir a un hotel.

Ella es delgada con unas tetas espectaculares, nos empezamos a besar, a desnudar, su boca fue directamente a mi pene y lo chupo como si lo hubiera estado deseando por meses, tuve que empujar su cabeza porque estaba a punto de venirme, empece a penetrarla de misionero para después recostarme para que ella me montara, lo hacia cual posesa, fui ahi cuando descubrí su plan, quería dejarme agotado para que olvidara que a lo que iba era por su ano. Lleve mi mano a su trasero y con mis dedos busque su ano y lo acaricie, nuestras miradas se cruzaron, yo sonreí, ella no, ella me monto mas fuerte quizás estaba enojada por la apuesta. Siguió montándome hasta que los dos tuvimos un delicioso orgasmo y ella cayo rendida sobre mi, la abrace con una mano y con la otra seguía acariciando su trasero y su ano por fuera.

Descansamos un poco, había caricias, le susurre al oído: «acuérdate que ese culo es mio», ella no muy contenta me respondía «lo se».

Empezaba a meter la punta de mi dedo en su ano, ella no estaba feliz, pero cooperaba, tras recuperar fuerzas le pedí que se pusiera en cuatro (de perrito), ella estaba nerviosa, se coloco y volteo su cara para verme y me dijo con su acento francés «se bueno conmigo cabron».

Yo empece a besar sus nalgas lentamente, a acariciarlas, las separaba para ver su ano, lo acariciaba y metía la punta de mi dedo, y empece a besárselo lentamente y a meter mi dedo preparándola para mi pene que ya estaba erecto. Tras meter mi dedo varias veces cada vez mas adentro y acostumbradolo a el, a que su ano no me lo escupiera para afuera, y llego el momento en que iba a penetrarla.

Fui preparado con lubricante, y empece a meter la cabeza lentamente, ella poco a poco fue cediendo, con alguno gemidos iba entrando poco a poco, lo hacia muy lento. Le dolió un poco pero fue entrando y yo empezaba a moverme dentro y fuera de su apretado ano. Ella llevo su mano a su clitoris y empezó a masturbarse mientras yo la penetraba, cada vez mas adentro y cada vez mas rápido. Era una delicia estar dentro de ella, su ano tan apretado y oir sus gemidos de placer y de dolor.

Sin salirme de ella nos recostamos de lado, yo detrás de ella, y ahi segui con mi movimiento mientras le besaba el cuello y le acariciaba sus tetas, ella seguía masturbándose, hasta que ya no pude mas y me vine dentro de ella y ella también se dejo ir con un gran orgasmo.

Nos quedamos dormidos y despertamos un par de horas después, nos vestimos y nos fuimos.

Aun no he hablado con ella para preguntarle si cambio de opinión acerca del sexo anal o no, y si alguna vez lo repetiremos.

relato exclusivo

Por rocio

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