Tengo 22 años y han pasado siete meses de que formalmente me visto de mujer, claro en privado, y unos tres meses desde que empece a tener relaciones sexuales con hombres, busque en tinder y no fue difícil hacer match, decidí escoger a dos hombres, tener dos amantes, a cada uno lo veia cada 15 días, y en el intermedio me masturbaba con mi dildo.
Regresaba de ver uno de ellos en taxi y recordé que no tenía nada ni para cenar esa noche ni para desayunar la mañana siguiente, por lo que me baje en uno de los OXXOs (mini supermercado), que hay por mi casa, no el más cercano, sino otro que esta a unas seis calles, no quería que alguien me fuera a reconocer, empecé a agarrar cosas, y al entrar al siguiente y angosto pasillo había un hombre, lo vi de lado pero me parecía conocido, mi corazón empezó a palpitar rápidamente, me fui a otro pasillo para desde ahí observar si era realmente el, y para mi sorpresa si era, habían pasado unos seis años, era Alfredo mi bully de la secundaria!
Claro, ahora era un hombre, mas alto, mas fornido, de por si en la escuela ya era considerado alto y fuerte, algo dentro de mi deseaba que hubiera crecido mal, que se yo, gordo, feo, pero no fue así ¿acaso el karma no existe? Al reconocerlo mi corazón palpitó aún más fuerte, me sudaban la manos, se me secaba la boca, rapidamente tome algo mas y me fui a la caja, de reojo vi que se formó detrás mío, pagué y salí a paso veloz, no podía creer mi mala suerte, unico dia que salgo a la calle y me lo encuentro.
Mi contacto con el exterior es salir, tomar un taxi y llegar al departamento de alguno de mis amantes, y de regreso, nunca hablo con nadie, veo a nadie etc.
“Amiga, amiga” oigo que alguien habla, no se si a mi o a alguien más, aunque mis sospechas son ciertas, es a mi. Alfredo me alcanzo y me tocó el hombre, me detuve y voltee a verlo, no le digo nada,
- “hola, vives por aquí?”
- “No” le digo haciendo mi voz femenina
- No te había visto por aqui
- Silencio incomodo
- ¿Me darias tu número de teléfono?
- Tu no quieres mi numero
- Por que no?
- No soy mujer (nunca he querido engañar, prefiero decir las cosas de frente)
El se sorprendió e inmediatamente sus ojos empezaron a observarme de arriba abajo, vi que su mirada se detuvo en mi garganta, llevo su mano derecha a mi cuello, en ese momento todos esos recuerdos de la escuela llegaron a mi, entre en pánico, pensé que me empujaria contra una pared, su pulgar empezó a acariciar lentamente mi hueso de adan, lo que al principio me dio terror, ahora era una caricia muy erótica. Trague saliva.
- Pues ahora lo quiero mas, estoy intrigado
- Como?
- Dame tu numero
- Cinco cinco… empecé a dárselo, en automático como en la escuela cuando me pedía mi dinero o mi almuerzo
- Espera, espera, sacó su teléfono, Como te llamas?
- Monica
Ok ahora si, le dicte mi teléfono, no podía creer que el siguiera teniendo ese efecto en mi, pude haberme negado, pude darle un numero falso, pero no.
Pues te estaré marcando Mónica, mucho gusto
El se fue y yo seguí mi camino, no quise esperar a encontrar un taxi o pedir uno, simplemente camine hacia mi departamento, claro, siempre mirando que el no me siguiera, tome calles alternas. Mientras caminaba mi mente estaba confundida, renegaba mi mala suerte, odiaba que después de tantos años él siguiera causando ese efecto en mí, ¿ahora le gusto? Pero qué clase de giro inesperado es este, al menos no me reconoció, eso es bueno, también odiaba que ahora me pareciera atractivo.
Llegué a casa, preparé algo para cenar y el teléfono empezó a sonar, número desconocido, seguro era él, no contesté, siguió llamando, no pensaba responder, increíble que el simple sonido del teléfono me ponía nerviosa.
Tras varios intentos decidió enviarme mensaje de whatsapp, “hola soy el que conociste en el OXXO”, aun no se por que soy asi, por que le conteste, me sentía un poco mal por no contestarle,
- “perdón es que no me gusta hablar por teléfono”
- Por?
- No me gusta mi voz
- Entiendo, hablemos por aquí mientras
Y empezamos a mandarnos mensajes, él estaba intrigado y claro hacía las preguntas típicas que se le hacen a alguien que se viste de mujer, cuando empecé, como empecé, si me gustan los hombres, si tengo pareja etc etc
Y bueno, le fui respondiendo, y claro, siempre que hablo de este tema termino muy excitada por lo que termine la conversación, le dije que me iría a dormir.
Seguimos mandándonos mensajes, él insistía en que habláramos, tenía miedo, su voz tenía un efecto en mí, de terror.
Todo esto era muy extraño, hablar de esta forma con la persona que me atormentó en la escuela, mientras escribíamos me caía bien, inclusive me llegué a excitar con lo que me decía, era bastante coqueto y pícaro.
Después de una charla por mensajes me marcó, mi corazón palpitó pero aun así conteste, fingí la voz, así lo hacia con mis dos amantes.
Y claro, quería que saliéramos, yo me negaba, el me proponía varios planes, uno de ellos, ir a cenar, era muy insistente, sentía miedo pero a la vez excitación, era un sentimiento nuevo para mi y no puedo decir que era del todo desagradable, el sabia que nunca salía vestida, aunque claro, era un poco incrédulo porque a él “lo conocí” en la calle.
Pasó lo que me temía, cedí y le dije que sí, me dije bueno, tanto dinero que me robó, que al menos pague algo, eso aunado al poder que tiene sobre mi.
Llegó el viernes, nos quedamos de ver en un lugar y de ahí me llevo al restaurante, se arregló, la verdad se veía muy guapo, era un buen lugar, yo también iba linda, estaba nerviosa, parte por estar en público y en parte por estar con el. Conforme fui comiendo me fui relajando.
El desde el inicio intentaba seducirme, muchos piropos, acariciaba mi mano en ciertos momentos, me miraba fijamente a los ojos, yo no le aguantaba la mirada, esto era algo totalmente nuevo para mi, en Tinder realmente fue poca la seducción, y la que hubo fue por mensajes, y la verdad se sentía bonito lo que intentaba, pero yo solo iba a disfrutar la cena y a cobrarme un poco del dinero que me había quitado.
Y no se como pasó, pero llegó un momento en que cada frase que me decía daba justo en el blanco, PAM!, PAM!, PAM! En ese momento el ya había ganado, si quería podía cogerme ahí mismo, me había puesto muy excitada, no lo podía creer, en ese momento solo pensaba cómo se vería desnudo, como me cogería en su cama y como seria su verga, claro yo intentaba disimular, no sabía por que lo hacía la verdad, les digo que es mi primera vez, no sabía si disimulaba con éxito o no y así hasta que terminó la cena, él me preguntó si quería ir a su departamento, yo le pregunte que para que; yo seguía fingiendo, “para que la conozcas” me dijo, y yo “esta bien”.
Llegamos a su departamento y nos empezamos a besar apasionadamente de pie, su lengua buscó la mía dentro de mi boca, empezamos a acariciarnos, pase su mano por su espalda, por su pecho, realmente tenía un cuerpo fuerte, me hinque frente a él y con su ayuda le abrí el cinturón y baje su pantalón y ropa interior a los tobillos. Tenia una verga hermosa, era mas grande que la de mis dos amantes, empece a chupársela, jugaba con mi lengua mientras la tenía dentro de mi boca, la lamia, la besaba, pero había una voz dentro de mi que cuestionaba mis actos, “¿que haces hincada en el suelo frente a tu bully queriéndole hacer la mejor mamada de su vida?”, y aunque sabía que eso estaba mal, yo seguía y seguía, había algo más fuerte contrarrestandolo, la lujuria.
Me llevo a su cama, yo le dije que tenía que lubricar y asi lo hizo, me puso en cuatro y procedió a penetrarme, tan solo entró yo empecé a gemir, cuando el primer gemido es como mujer, los demas salen asi naturalmente. Su verga causaba un inmenso placer dentro de mi, me movía a su ritmo, lo volteaba a ver por encima de mi hombro, me encantaba como se veía gozando al igual que yo, estaba yo un poco fuera de mi, solo asi explicaría lo que le pedí, “nalgueame”, primera vez que se lo pedía a alguien, no tuve que decírselo dos veces, de inmediato me dio una nalgada, después otra, las iba alternando, mi ano se contraía cada que me daba una haciendo la penetración más intensa, empezaron a arder, “ya no” le dije, pero él no me hizo caso, estire mi brazo derecho intentando proteger mi trasero o bien agarrar su mano, claro, él tenía ventaja tanto física como de posición, me tomo de la mano y después me sujetó del brazo jalandome hacia el, con la izquierda seguía dándome de nalgadas y claro la penetración no se detenía, sentía frustración, dolor y mucho placer a la vez, algo que nunca había sentido y no se bien como describirlo.
Intente detenerlo con mi mano izquierda pero también me la detuvo, me juntó las dos muñecas y las puso en mi espalda sujetandolas con su mano izquierda, yo me quedé apoyada en mi cabeza sobre la cama, con la derecha seguía con las nalgadas aunque no duro mucho porque tuve un inmenso orgasmo.
Se acostó boca arriba y yo me subí en él para montarlo, su verga se sentía tan bien, yo estaba un poco molesta por las nalgadas pero no quería que eso terminara, subía y bajaba gimiendo, viéndolo como reaccionaba, él siguió intentando darme nalgadas, ahora yo tenia una mejor posición, podía bloquear sus intentos, aunque claro más de una vez logró hacer contacto, una vez más me estaba desesperando, esta pequeña lucha me hacía sentarme completamente en su verga, causando un poco de dolor al fondo, el parecía divertido, se reía, ahí entendí que debería tomarlo como eso, como un juego, aunque no fue fácil.
Cambiamos de posición, me puso boca arriba, él encima mío entre mis piernas continuó con la penetración, sentía su peso dentro de mi, estaba completamente vulnerable por así decirlo, al menos asi no podría nalguearme, se sentía tan bien como se movía dentro de mí, él puso su mano en mi cuello y empezó a apretarlo, por los lados, no como en la escuela que lo hacía de frente, me estaba ahorcando pero se sentía diferente, intente con mi mano quitarla, imposible, el era mas fuerte, imposible hacer algo ni con mi mano ni con mi cuerpo, y ahí tuve un enorme orgasmo seguido inmediatamente por el de el que inundo mi ano con chorros de semen caliente. Me soltó del cuello y me dio un apasionado beso. Es la primera vez que tengo dos orgasmos en una sesión, y nunca habían sido tan intensos.
Me dio muchos mimos, caricias y besos tiernos mientras recuperamos la respiración, increíble cambio después de la manera como me cogió. “Quien hubiera pensado que estar con una sissy sería tan rico” me dijo con una sonrisa. Nos quedamos dormidos.
Desperté, eran las 3:30 de la noche, ahí estaba él dormido desnudo, yo en lencería, fui al baño, nunca me había quedado a dormir con mis amantes, pensaba que hacerlo sería algo demasiado íntimo, no sabía si eso iba a seguir siempre pero por ahora así lo había decidido, sin embargo aquí estaba ahora, pensé en pedir un taxi, pero era algo inseguro estar en la calle a esta hora, lo mire ahí durmiendo, tiene un cuerpo hermoso y ese delicioso pedazo de carne entre las piernas, decidí quedarme, me meti a su cama y me dormí.
Desperté abrazado a él, por la posición de nuestros cuerpos era claro que había sido yo quien se había movido para hacerlo. El se despertó, me dio un tierno beso en la boca como buenos días, me preguntaba si así se saludaban los amantes al despertar o si eso solo lo hacían los novios, esto era nuevo para mi, tras algunas caricias “como amaneciste” me preguntó, “bien gracias” le dije tímidamente, y empezamos a besarnos, tuvimos una larga sesión de besos y caricias, mi mano fue a su verga y lo masturbe mientras que el dedeaba mi ano.
Se levantó y fue a su closet, sacó dos corbatas, una azul y una roja, “¿cual prefieres?” me pregunto mientras me las enseñaba, yo no entendía para qué eran, pero aun así elegí la roja, guardó la azul y se acercó a mí, “pon tus manos atrás y voltéate”, me dijo con la corbata en la mano, yo lo hice aun sin saber que iba a hacer, con la corbata me ató de las muñecas.
No me pregunten por qué no puse resistencia, desde que me visto de mujer soy muy complaciente, pero esto ya era otra cosa.
Así atada me hinque en el suelo y el sentado al borde de la cama se la empecé a chupar, con su ayuda me subí a la cama, me puso de perrito y me penetró, los gemidos llegaron inmediatamente, me tomó de la cintura y me jalaba hacia el en cada penetración, asi estuvimos varios minutos cuando me dice “pídemelo”, yo sabia a que se refería pero guarde silencio, “pídemelo” repitió, y yo lo dije “nalgueame”, y empezó a hacerlo y una vez mas mi ano se contraía con cada una, y rápidamente llegó mi orgasmo.
Me monté en él y con su ayuda deteniendome del pecho pude montarlo y moverme arriba y abajo sin caerme sobre el, claro que mi trasero estaba expuesto a sus nalgadas. Para terminar me puso boca arriba y asi me penetro y una vez mas llevo su mano a mi cuello para ahorcarme y provocar mi orgasmo, esta vez el se salió de mi y llevo su verga a mi boca y dentro de ella eyaculó. Primera vez que alguien lo hacía, chorros de semen chocaban con mi paladar, que después trague en su totalidad, la verdad es que no me desagrado, un poco viscoso después de tragar, pero nada que no pueda soportar.
Se recostó a mi lado para darme mimos, caricias y besos post orgasmo.
Él quería que nos viéramos el próximo fin de semana, pero yo ya lo tenía apartado, no quería cancelar, el, un hombre de 43 años que me quito la virginidad era especial para mi. A lo referente a mi ex compañero de secundaria no sabia que pensar, si, había tenido sexo maravilloso pero aun tenia esa voz en mi mente que me lo cuestionaba, inclusive estoy pensando ir al psicólogo a que me explique porque lo hice y porque deje que me hiciera lo que me hizo, claro que si iba a terapia seguro me preguntaría por que me visto de mujer y por ahora es una charla que no quiero hacer.