Un cuarto para mi hermana y Yo

Esto comenzó cuando Yo tenía 13, hasta ese entonces todavía mi hermana Soledad y Yo dormíamos en el mismo cuarto, ya que teníamos un camarote. Yo dormía en la cama de arriba y ella abajo, soy un año mayor que ella, siempre nos llevamos bien y de vez en cuando dormíamos en su cama para ver televisión juntos, hasta que ella se quedaba dormida. Como hermanos sólo nos preocupábamos por tener la ropa interior puesta, a pesar de su edad tenía unos pechos bien dotados.


Ella casi siempre se quedaba dormida primero, fue tal vez el verla siempre dormida exponiendo sus pechos y su trasero bien formado lo que me tentó a tocarla, primero intentaba rozarla, trataba ponerme siempre detrás de ella para poder rozar su trasero con mi pene o con las manos, fue así que poco a poco que me obsesioné y muchas veces bajaba a propósito con cualquier excusa a su cama a esperar que se durmiera.
Ya había pasado 1 año, ella ya tenía 13 y Yo 14 y el verano puso su cuota, como es lógico por el calor ella dormía sólo con su calzoneta y sin brasier, yo sólo usaba short.
No pude más, ya lo había intentado varias veces y Ella no ponía trabas, me fui dando cuenta que muchas veces ella se hacía la dormida, fue entonces que me decidí a penetrarla.
Tenía miedo por que sabía que era virgen y también temía al penetrarla provocar un embarazo.
Tanto era mi deseo que no me importó, me acerqué como siempre, esperé que se durmiera y lentamente me saqué el short, estaba desnudo con el pene tan duro que la cama estaba convertida en una verdadera carpa, con una linterna pequeña pude ver que ella llevaba una tanga color rosada con figuras, comencé a tocarla con los dedos, hasta que sentí sus labios húmedos, se lo había hecho en varias ocasiones pero cuando ella ya estaba empapada se levantaba y con voz entre cortada me decía Carlos ya anda a tu cama. Esta vez no quería subir a masturbarme a mi cama, tenía que sentir sus labios tibios, ya tenía los dedos pegajosos y quería lamerle su vagina, tenía que lamerla y lo hice, probé la vagina más deliciosa que hasta ahora halla probado, estaba más mojada que nunca y por su respiración sabía que ya estaba despierta desde hacia buen rato, en eso se movió, prendió su lámpara y me dijo Carlos no, ya no, anda a tu cama, pero esta vez no le hice caso, aproveché su movimiento y me puse sobre ella, giro y abrió sus piernas y sin pensarlo le empujé mi pene, al principio no entraba, solo pude meter parte de la cabeza de mi pene hasta que después de unos quejidos y ya con su ayuda (sus piernas abrazadas a mi trasero ), entré con ligera dificultad, me decía que no lo debíamos hacer pero a la vez me abrazaba hacia Ella, así seguí por unos minutos, sin hacer mucho ruido por miedo a que nos escucharan nuestros padres, era nuestra primera vez, no podía creer lo que estaba haciendo, cuando solté el primer chorro y pude ver la expresión de su cara, era tan dulce y tan sensual que no demoré 2 minutos más en venirme otra vez, la dejé llena de mí, tanto como me lo había imaginado cuando me masturbaba, después de unos minutos reaccionamos, habíamos mojado la cama y un pequeño hilo de sangre había quedado en la sábana, no sangró como me lo habían contado los amigos del colegio. Nos dimos un beso cogí mi short y subí a dormir la mejor siesta de mi vida, pasaron los días y estuvo listo el nuevo cuarto de mi hermana, pasó mucho tiempo y creí que nunca más volvería a disfrutar algo así, felizmente el tiempo siempre ayuda.

Carlos.

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Por rocio

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