Vi a mi vecina masturbarse y no pude evitar cogérmela

Hola, mi nombre es Marcos y tengo 17 años. Vivo sólo con mis papás y mi hermana menor de trece. Nuestra casa es de dos plantas y tenemos otra casa pequeña de una planta al lado, la cual está rentada por otra familia. Desde una pequeña ventana de mi habitación es visible un ventanal que cuando está abierto se puede mirar con facilidad la sala de la casa rentada pero los vecinos rara vez corren las cortinas. Ellos tienen una hija de 15 años llamada Andrea(de muuy buen ver) que aparte es algo coqueta…

En una ocasión, cuando salía de la ducha por la tarde, me encontraba solo en casa con mi hermana que estaba dormida en su habitación. Pensé que serían mis papás que habían olvidado las llaves, así que envuelto en una toalla y descalzo corrí a abrir. Pero no eran mis papás, sino Andrea que, llevaba el dinero de la renta y al verme se sonrojó. un poco avergonzado, le expliqué que mis padres no estaban en casa y le pedí que volviera más tarde. Se fué y cuando dio la vuelta le miré su bien formado trasero y su cinturita de avispa y no le quité la mirada de encima hasta que volteó y me guiñó un ojo. Su busto era un poco más proporcionada que el de las chicas de su edad y casi siempre la veía con blusas escotadas y minifaldas que provocaban que un sin fín de muchachos de la colonia le chiflaran.

En otra ocasión, la vi cuchicheando con sus amigas mientras todas me miraban (no es por presumir pero tengo un cuerpo musculoso debido a que hago pesas y voy al GYM muy seguido). Pero nunca me imaginé que podría haber algo entre nosotros dos, sólo me parecía una chica atractiva.

Fue entonces, una tarde, escuché unos ruidos extraños abajo, en su casa y me asomé a la ventanita de mi cuarto. Vi a Andrea abriendo el ventanal y acomodando un sillón cerca para que le diera la luz. Pensé que iba a leer o algo así de modo que me retiré de ahí, prendí mi computadora y bajé a la cocina por un refresco. Subí de nuevo a mi habitación y cerré la puerta. Mi papá estaba abajo ordenando cosas de su trabajo y mamá había salido con mi hermana de compras. Cuando iba a poner algo de música escuché una serie de gemidos provenientes de la casa vecina. Me extrañó y me asomé otra vez a la ventanita, y m asombré muchísimo cuando vi a Andrea totalmente desnuda recostada en el sillón junto al ventanal, frotando su clítoris y acariciándose sus hermosos senos. Me calenté al instante. Sentí cómo mi pene se empezaba a parar y con rapidez me bajé los pantalones y comencé a masturbarme. Pero entonces me di cuenta de que alguien podía verme así que con mi verga ya bien parada, y los pantalones abajo corrí y le puse el seguro a la puerta. Me acerqué de nuevo a la ventana y Andrea seguía masturbándose. Eyaculé al mismo tiempo que ella soltó el último gemido. Se quedó recostada un buen rato en el sillón y luego se levantó y miré sus nalgas, sentí deseos de estar ahí junto a ella y cogérmela. Seguí pegado a la ventana un rato más y a los pocos minuto la vi aprecer otra vez, ya no estaba desnuda y llevaba un short y un top rosa. Yo la miraba fijamente, hasta que ella al parecer sintió que la observaba y volteó. Me vio y me sonrió, al parecer no le asombraba que yo la estuviera viendo, así que le devolví la sonrisa y me retiré de allí. Al día siguiente, a la misma hora, yo esperaba que volviera a hacerlo, así que me asomé a la ventana y esperé. Sus padres estaban en casa así que tal vez no la vería. En eso, oí que un auto arrancaba y Andrea decía adiós. Al parecer se quedaba solita. Repitió la maniobra del día anterior, se quitó la mini falda negra que llevaba y la blusa de tirantes, empezó a tocarse y a chuparse los dedos que mojaba con los jugos que salían de su vaginay yo cada vez más caliente, seguía viéndola,y me masturbaba. De repente ella volteó hacia mi ventana…yo no tuve tiempo de esconderme. Me cachó y se sorprendió, tomó su blusa y se tapó. Desapareció y cerró el ventanal. Para entonces yo ya estaba muy caliente y no podía aguantarme las ganas. Salí corriendo de mi cuarto y fui hasta su casa. Le toqué el timbre hasta que salió pero al verme se asustó y comenzó a decir:
-Por favor, no el digas a mis papás, por favor
le dije:
-tranquila, no pienso hacerlo, pero te vi desde que empezaste y me calentaste muchísimo. Ella se quedó callada y luego haciéndose a un lado em invitó a pasar. Yo entré y ella cerró la puerta. Apenas iba a hablarle cuando me besó con pasión en la boca y yo le pregunté por sus papás, me aseguró que llegarían hasta muy tarde, así que dejando atrás las preocupaciones, la abracé y le agarré las nalgas. Ella me llevó a su cuarto y cerró la puerta. Yo me quité la camisa y ella me abrazó, bajó las manos hasta mi pantalón y lo desabrochó. Cuando quedé completamente desnudo, le quité la blusa y metí la mano entre sus piernas, se sentía húmedo. Se quitó falda y pantis al mismo tiempo y se arrodilló en el suelo, tomó mi pene erecto con una mano y empezó a chuparlo de una manera brutal.

Déspués yo la tomé de los brazos, la levanté y la arrojé a la cama, abrió sus piernas, me arrodillé y comencé a mamar ese coño perfectamente depilado, mordí suavemente su clítoris y gritó de placer, pasé mi lengua una y otra vez por ese pequeño órgano hasta que tuvo su primer orgasmo.

Me levanté y Andrea se sentó con las piernas abiertas, me acerqué a ella y entrecrucé mis piernas debajo de las de ella y con mi pene comencé a acariciar si clítoris., luego me aproximé más e intenté penetrarla, pero ella me detuvo y me dijo:
-No, no puedo, es que, soy virgen. No te enojes, sí quiero hacerlo, pero tengo miedo de que me duela.
-No te preocupes- le dije -seré muy cuidadoso, y si te lastimo, me dices y me detengo- Ella accedió, así que le pedí que abriera las piernas lo más que pudiera para facilitar la penetración.

Lo hizo y empecé a introducir lentamente mi verga en su estrecha vagina, ella gimió, pero no me pidió que me detuviera, así que seguí. Unos segundos después, sentí muy bien cómo su himen se rompía al tiempo que ella soltaba un grito. Le pregunté si le dolía y me contestó que un poco, pero me pidió que siguiera penetrándola. Así que continuéhasta que toda mi verga estuvo dentro de ella; entonces empecé con un ligero vaivén metiéndo y sacando mi duro y largo pene (25 cm). El placer era indescriptible, era la primera vez que desvirgaba a una chica y su pequeña vagina apretaba ligeramente mi verga, lo cual me exitaba aún más. Seguimos así vaarios minutos hasta que sentí que iba a eyacular, así que saqué mi polla y lancé tremendo chorro de semen que le llegó hasta la cara. Ella tomó mi verga entre sus manos y comenzó a masturbarla hasta que me corrí de nuevo sobre sus pechos. Luego me pidió,
-métemela por el culo- la idea me agradó bastante, así que se puso en cuatro patas y me monté sobre ella, acaricié su pecho para mojar mi mano con mi propio semen a fin de lubricar mi pene. Se lo metí de un sólo golpe al que ella respondió con un gemido de placer. Comencé otra vez a meterlo y sacarlo, pero esta vez no alcancé a sacarlo y me corrí dentro de ella que gimió una vez más al sentir mi leche caliente entrar en su cuerpo. Al fin, saqué mi verga de su culo y le pregunté:
-¿Ya te cansate?- ella negó con la cabeza y me dijo:
-tengo otra idea-. me tomó de la mano y me condujo hacia la cocina; salimos desnudos y buscó en el refigerador. Sacó una larga zanahoria, me la dio y se subió a la barra, abrió las piernas y me pidió que se la metiera. Yo pasé mi mano por su vagina mojada y lubriqué la zanahoria, se la metí en su concha mientras que con la otra mano masturbaba su clítoris, al cabo de unos minutos tuvo otra corrida. Le saqué la zanahoria y me trepé encima de ella y la cogí una vez más. Se corrió otras dos veces y luego me dijo que por ese día había sido suficiente. Yo también estaba agotadísimo, así que me dispuse a marcharme. Andrea me regaló la zanahoria y me dijo en son de broma que la próxima vez sería con un pepino. Los dos reímos y nos besamos.

Hemos repetido nuestras sesiones de sexo otras veces, y me siento muy agusto con ella. Quizá les siga contando nuestras aventuras… espero con ansias el día del pepino. ¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!

Por rocio

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