Añorando aquel sauna en Santiago de Chile

Tiempo atrás tuve una tarde relajada y decidí relajarme más aún y por ello me fuí una tarde a un antiguo sauna que hoy lamentablemente ya no existe.

Entré a los vestidores del segundo piso y me encontré con varios hombres que se estaban vistiendo y otros desvistiendo. Grata vista aquella de pequeños slips con deliciosos penes aprisionados lo que me apetecía comérmelos ya.

Me desnudé, partí con mi toalla y bajé a las duchas. Varios hombres paseándose mientras yo me deleitaba con penes de todos tamaños y grosores.

Como andaba ahora más caliente me fui al tercer piso, la zona del dark room a entregarme a un hombre dispuesto. No había muchos ahí frente a los privados por el pasillo así que me senté en una silla en la penumbra.

Podía distinguir a varios que se paseaban buscando calentura igual que yo. Pronto apareció uno de unos cuarenta y algo diría, buen físico. A contraluz aprecié que se sacaba la toalla y apareció la silueta de su exquisito miembro, grueso, no muy largo pero potentemente grueso.

Se paseó cerca de mí y me rozó con sus piernas. Como yo no le hice el quite, era que no, empezó a rozarme, esta vez, frente a mí y como yo estaba sentado su pene estaba a la altura de mi cara. No me hice el desentendido y me acerqué a su delicia. Si, era gruesa pero al entrar al contacto de mi mano se enderezó creciendo más y más.

Exquisita herramienta y me la tragué suavemente mientras él me acariciaba mi pelo. No aguantamos y me tomó de la mano hacia un privado. Ahí me saqué la toalla mientras seguía mamando esa delicia.

Que sensación ahora que la recuerdo. Él se recostó y yo seguí mamando mientras él me recorría mi culo jugando con sus dedos en mi ano.

Debo confesar que en ese momento no me importaba recordar que soy bisexual y con pareja e hijos, persona madura y con responsabilidades pues estaba convertido en toda una perra caliente para mi hombre. Me subí sobre él mientras me lubricaba el ano. Se puso su preservativo me dispuse a cabalgarlo.

Me costó tragarme ese pene en mi culo pero una vez adentro fue una exquisitez pocas veces lograda. Me movía como una verdadera puta caliente lo que logró que mi amigo se corriera mientras me culeaba cosa que sentí pues su pene se endureció más.

Su comentario fue “que buena cacha” cosa que me puso orgulloso de mis habilidades de puta. Salimos y me fui a las duchas.

No lo vi durante un rato y para relajarme más me fui a los camarines a buscar un cigarro. Lo saqué de mis cosas y cuando lo cerraba lo ví al lado mío. Se estaba vistiendo pues se iba y lo contemplé con sus bóxers. Me miró y me preguntó como me sentía: “Excelente” le dije mientras él se tocaba el paquete y me dijo: “mira como me tienes, se me paró de nuevo” y claro, su pene estaba hinchado tras el bóxer.

Me dijo “¿te animas de nuevo?” y al ver su gran y deliciosa herramienta que me hizo gozar no pude decirle que no.

Subimos nuevamente y nos encerramos en un privado. Esta vez yo me recosté de espaldas y abrí mis piernas para que me culeara. Así podía ver como entraba y salía de mi culo. Estaba delicioso cuando la puerta que estaba mal cerrada se abrió y otro sujeto pasó y se quedó viendo el espectáculo.

Con todo el morbo de la situación empecé a pajearme y el sujeto también.

Debo haber puesto cara de puto pues me relamía los labios cosa que calentó a mi compañero que me culeaba y ya se había dado cuenta de la situación y a mi voyerista que decidió entrar y cerrar bien la puerta tras suyo.

Se acercó a mi cara con su pene, no tan grueso como el que tenía dándome placer pero lo suficientemente respetable como para desear comérmelo. No tuve que esperar pues me lo entregó a mis anchas en mi boca. Así que estaba loco mientras me culeaban y chupándosela a otro.

Mi nuevo amigo no tardó en venirse y como a mi me gusta el sabor y calor del semen lo dejé acabar en mi boca aunque después lo boté por los labios mientras me chorreaba por la cara.

Mi amigo que me seguía taladrando estaba por venirse así que sacó su pico de mi culo, sacó el preservativo y escupió su leche en mi pecho cosa que me pareció exquisita pues la mezclé con el semen que me caía de la cara como un trofeo sobre mi cuerpo.

Una despedida y a la ducha.

Cómo recuerdo esos días en aquél sauna.

Autor: Tamarugo

Por rocio

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