El haitiano del semáforo

Hola, me llamo Susana y vivo en la ciudad de México, soy una mujer casada con dos hijos pequeños. Soy muy humanitaria y siempre que puedo ayudo a la gente que menos tiene, si veo niños pidiendo dinero o lavando parabrisas les llevó algún sándwich o les compro una torta para que coman, o les llevó algún pequeño juguete, lo mismo para personas mayores, nunca les doy dinero porque lo pueden usar de mala forma.

Iba en mi coche con mis hijos para llevarlos a la escuela cuando vi que en el semáforo que esta a dos cuadras de mi casa estaba un hombre de raza negra pidiendo ayuda con un cartel escrito en español, por lo que pude oír el hablaba ingles. Los hombres negros siempre me han llamado la atención, no solo porque dicen que sus penes son enormes sino en general, su musculatura, el color de su piel por si solo me encanta, nunca he conocido a alguien de raza negra, ni hombre ni mujer por lo que tengo una enorme tentación de tan solo tenerle cerca o darle la mano para sentir esa piel.

Estoy felizmente casada, en lo que refiere al sexo pues no tengo el suficiente por lo que aprovecho cuando los niños están en la escuela para masturbarme pero nunca le he sido infiel a mi marido.

Como siempre paso por ese semáforo llego el día que este muchacho se acercó a mi, como yo se ingles le pregunte cual era su situación, el me explicó que era de Haití y estaba juntando dinero para ir a la frontera y cruzar a Estados Unidos, yo como nunca doy dinero no se lo di, claro que al avanzar me sentí mal conmigo misma por lo que después de dejar a mis hijos le prepare algo de comer y me fui caminando a verlo, me le acerque y le explique que no podía darle dinero pero le traía algo de comer y de beber, el me lo agradeció y se lo comió inmediatamente, tenía hambre.

Tenerlo ahí frente a mi fue muy emocionante para mi, era alto y a pesar de ser delgado tenia músculos marcados, mi respiración se agito y mi vagina empezó a lubricar. Regrese a casa a masturbarme. Al dia siguiente regrese de nuevo
con alimentos, esta vez me quede con el más tiempo mientras comía, platicamos un poco, su familia se había quedado en Haití. Mis deseos por estar con el cada vez eran más grandes, era ya mi obsesión y tenía que planear algo para lograrlo.

Al dia siguiente volví a ir, ahora sin alimentos, el ya estaba acostumbrado por lo que se sorprendió por verme con las manos vacías, le dije que me gustaría que comiera algo más casero y nutritivo que un sándwich pero sin platos y cubiertos era imposible por lo que lo invitaba a desayunar a mi casa, el se sorprendió pero me dijo que si se iba no obtendría el dinero que le daban durante ese tiempo, yo estaba decepcionada de su respuesta asi que pensé rápidamente y le pregunte cuanto juntaba en ese lapso, el me dio una cifra, no era muy alta aunque en mi mente el estaba exagerando, le dije que yo se lo daría, el dudo un poco pero al final aceptó, regresamos caminando a mi casa, tenía yo mucha pena que mis vecinas me fueran a ver.

Estaba muy nerviosa, era un perfecto extraño en mi casa, temía que me pudiera robar y golpear, pero no había marcha atrás, lo pase a la cocina, se sentó y le serví algo de comer, yo solo lo veía, intente seducirlo pero el veía mas su plato que mi cara, yo solo me imaginaba su cuerpo desnudo y claro también su verga, terminó de comer, me agradeció, le había gustado mucho, yo no quería que se fuera y se me vino una idea a la mente, le ofrecí que se diera un baño, el sin pensarlo mucho aceptó, hacía mucho que no podía darse un baño completo, asi que lo guíe al baño que hay en mi recamara, entramos, abrí la llave y prepara el agua, le dije cual era la caliente por si deseaba cambiar la temperatura, salí de ahi y cerré la puerta, claro sin seguro, yo ya estaba muy excitada, me senté en mi cama, no sabía bien que hacer, si esperarlo o que, me desnude y entre al baño silenciosamente, el estaba en la regadera, yo abrí la cortina y entre, el se sorprendió mucho, yo no dije nada, me le acerque y lo abrace, no tardó mucho en darse cuenta lo que yo quería, empezó a acariciar mi espalda, yo bese su pecho y el acaricio mis nalgas, su piel era increíble, le acaricie la espalda también mientras besaba su pecho, mi mano luego fue a sus piernas y finalmente a su verga, era maravillosa, gorda y grande, lo empecé a masturbar, el acariciaba mis senos, cuando terminó de enjuagarse el jabón nos salimos y asi empapados sin secarnos nos fuimos a mi cama, ahi seguimos con las caricias y los besos. Segui jugando con su verga, tener semejante cosa en mis manos era increíble, la recorría con mis dos manos, luego la puse en mi cara, la pasee por ella, era más grande que mi cara, y jugar de esa manera con ella me enloquecía, empecé a lamerla, no estaba segura que fuera entrar en mi boca por lo que tome mi tiempo recorriendola con mi lengua, era tan grande que hasta pesaba, después la intente meter en mi boca, apenas y entro de lo gorda, y empecé a chupársela con dificultad y a jugar con mi lengua en su glande hasta que estaba completamente erecto, me recosté para que me penetrara, abri el cajón de mi marido y saque un condón para que se le pusiera, pero fue imposible, no entraba y sus esfuerzos por ponérselo lo rompieron, tenía miedo pero también muchas ganas de sentirlo, le dije que se viniera afuera y asi, de misionero empezó a penetrarme, se sentía tan bien, mi vagina realmente se estaba estirando para poderlo recibir, empezó lentamente para ver mis reacciones, bien sabía de sus dimensiones y era cuidadoso, cuando vio que lo soportaba empezó a hacerlo más rápido, yo gemí casi de inmediato, gemidos de placer y algunos de dolor me hicieron llegar rápido a mi primer orgasmo, después me cambio de posición y me coloco en 4 patas, asi siguió penetrándome, era delicioso sentirlo dentro de mi, me llenaba completamente yo seguía gimiendo y el empezaba también a gemir, sus manos fuertes me jalaban hacia el, y asi los dos tuvimos un enorme orgasmo, se salió de mi pero el primer chorro de semen lo lanzó dentro de mi. Me sentía tan bien después de ser cogida por el, era mejor de lo que yo había imaginado.

Le di el dinero prometido y un poco más y se fue, yo fui al botiquín y saque mis pastillas anticonceptivas y me tome una, las había dejado porque me engordan, y tomarlas para esa única cogida a la semana que tenia con mi esposo no valía la pena, por eso usamos mejor los condones.

Una pensaría que después de cumplir su fantasía no pensaría mas en eso, pero todo lo contrario, todo el dia pensé en él, en lo rico que fue, solo quería volverlo a hacer.

Al día siguiente tan solo regrese de dejar a mis niños en la escuela pase con el coche por el, se subió y lo lleve a casa, esta vez ya no estaba tan nerviosa, lo alimente, lo bañe y lo lleve a mi cama, lo note mas relajado, una vez más tuvimos sexo delicioso, chupe, lamí y bese cada rincón de su enorme miembro, esta vez me subí en el y lo monte, fue delicioso montar su enorme verga, después me puso en cuatro, esta vez le dije que estaba tomando anticonceptivos por lo que no tenía que preocuparse por venirse dentro de mi, fue delicioso sentir su verga eyacular dentro de mi. El intentaba besarme la boca pero no lo deje, eso para mi era mas personal, estuvimos un rato mas en la cama, le pague y se marcho.

De lunes a viernes me follo como quiso, no soy una mujer particularmente delgada, tengo mis carnes, pero con su fuerza me movía en la cama a su antojo, cosa que me encantaba, solo descansábamos sábados y domingos porque mi esposo estaba en casa, yo seguía tomando mis pastillas anticonceptivas diariamente.
En la segunda semana ya nos besábamos, besar largos y profundos en la lengua, nos tomábamos nuestro tiempo erotizandonos, acariciándonos, su manera de darme sexo oral era exquisita, su lengua hacía maravillas en cada rincón de mi cuerpo, inclusive mi ano que nunca antes había sido lamido.

Por cuatro semanas fuimos los mejores amantes, él había juntado lo suficiente para seguir su travesía hacia estados unidos, fue muy duro despedirme de el, nuestra relación ya era muy personal. No se que iba a pasar conmigo sin su verga, mi cuerpo sin duda necesitaba de ser atendida más seguido que lo que mi esposo podía hacer, pero no fue lo único que dejó en mí, también me dejo embarazada, solo espero que el bebé no tenga su color o tendré que dar muchas explicaciones a mi marido.

relato exclusivo

Por rocio

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