Reventando a Doña Carmina

ESTRENAR A DOÑA CARMINA, ha sido unos de los acontecimientos de mi vida. Debo confesarte que de vez en cuando suelen ocurrir cosas que hacen que la vida vaga la pena vivirla…, sobre todo cuando eres una persona abierta con los demás sin importarte su edad ni género. Sin más, decirte que unos meses atrás me follé a mi vecina… una amiga y compañera de mi madre, señora respetada por quien la conoce, rondando los 55 años. Es maestra de escuela al igual que mamá impartiendo clase a niños de primaria. La amistad entre ellas de tantos años, ha hecho que sepa de buena tinta de mis habilidades manuales…por eso un día de trastorno en su hogar le solicitó a mi madre que fuese a repararle una estantería de la cocina que tenía algo desvalida y un enchufe… mi madre habla demasiado de lo bueno que soy arreglando cosas en casa… me recomendó porque sabe que soy un manitas para las chapuzas, y la mujer ni tonta ni perezosa vio una buena oportunidad para zorrearme. Vive sola en el 4º tras su divorcio, y sin más me recibió muy ligera de ropa incluso para estar sola por casa, también era un día que la temperatura acompañaba. Carmina, está divorciada desde hace cinco años y su actitud me puso en vilo… me recibió en bata de casa que cubría por debajo del culo,pronto observé unas braguitas que apenas le cubría el trasero, al no tener recato en mostrarme a poco que se terciaba la ocasión agachándose con cualquier excusa. Tras unos minutos centrados conseguí reparar el enchufe rápido y después hasta media mañana la susodicha estantería, en todo ese tiempo no paró de enseñarme la mercancía.

Como sospeché, además de roces y lisonjas a mi buena forma, lo habilidoso con mis manos o lo guapo que soy… y todas esas zalamerías que naturalmente no son del todo verdad, pero da gusto oírlas. La madurita buscaba guerra ¡Ya imaginas como acabó la muy zorra…! ¡Efectivamente…Dándome sus nalgas! Le tenías ganas porque la señora posee unas carnes prietas, y en más de una ocasión me ha puesto cachondo desde hace mucho que la conozco de visita en casa de mi madre y la encontraba allí de cháchara. Solo le di lo que me pedía a gritos desde que entré por la puerta de su casa, y sin más me la follé usando su coño sin compasión dándole verga sin parar, hasta que me vacié los cojones dentro de ella, la llené bien de lefa espesa acumulada de varios días, y ella se comportó bien PUTA sin reparo de comerse el rabo después de correrme, haciéndome la limpieza de honor y al cabo de un rato tras la recuperación la volví a follar, pero esta vez por el culo, fue cuando ella más disfrutó al no haberle dado gusto ningún semental por ahí, en más de veinte años… le debió recordar sus tiempos jóvenes cuando se repartía follando entre compañeros de trabajo y esposo, gozando de todas esas vergas que desfilaban por su coño y culo, día tras día. Esto lo sé porque mi madre habla de todo cuando estamos encamados ¡No hay nada como hacerle gozar a mamá con su coño lleno de mi esperma, para que se comporte como un libro abierto!

Más de una vez había cavilado como sería follarse a Carmina, pero nunca pensé que llegaría a ser tan fácil… me la había imaginado demasiadas veces jodiéndola… Es la típica rubia madura de curvas sugerentes, una MILF inspiradora de mil pajas, culo hermoso inabarcable de formas redondeadas, tetas enormes de aureolas enormes y pezones salidos y de cara aniñada. Así un día cuando entré en casa estaba ella allí hablando con mi madre…me quedé mirándola, sería por su blusa que dejaba ver el escote de unas tetas casi perfectas y que bueno, el resto no está nada mal en general. Entré al salón cuando quejaba de no tener un hombre en casa para estos tipos de arreglos. Cruzamos los saludos y las miradas sin saber bien de qué hablaban, y no sé pero empecé a mirarla de otra forma. Esa tarde fue mamá quién me pidió que su amiga necesitaba ayuda, le escuché la petición de si podía subir un momento para verle un enchufe y una estantería que tenía estropeados, lo necesitaba por lo que no podía esperar mucho tiempo…, le dije que sí, que en ese momento no podía pero que cuando pudiese subiría. Al día siguiente estaba en casa solo y recordé lo del enchufe y subí para ver si estaba… pasaban las seis de la tarde, llamé al timbre y me abrió vestida con una bata muy sugestiva de estar por casa y tal como llegué me fijé en ella volviendo a cruzar aquellas miradas de otras ocasiones, deteniéndome en sus hermosas tetas de infarto, unas ubres como son todas a la edad de mi madre… grandes tetas de pezones enormes bien definidos. Me enseñó el enchufe en primer lugar y se lo arreglé sin problemas, después fue la estantería que me entretuvo mucho más tiempo… una vez acabado el trabajo comenzamos a hablar, me decía que sin marido o un hombre que le arreglase sus cosas, se veía muy desamparada… se quejaba por que los hijos no venían con frecuencia a verla… bla, bla, bla… No sé cómo se me ocurrió, pues tampoco tenía confianza con ella como para hacer tal comentario…

– ¡Oye debe ser difícil tras más de veinte años casada dormir sola todas las noches! ¿No?, y respondió rápidamente… – Si pero eso lo arregla mi follamigo cada noche…Me dejó un poco cortado…

– Lo siento Carmina, era un comentario un poco tonto. No quería molestarte…

– No te preocupes no me ha molestado… mi amigo lo tengo a mano guardado en el cajón de la mesilla de noche a nuestra edad todos tenemos uno.Se echo a reír por mi ingenuidad y la cara de bobo que debí tener. – Pero oye, ¿porque lo decías…? Antes de dejarme contestar me espetó…

– Si te ves muy preocupado…Mejor te puedes venir alguna noche a solucionar ese problema… tú también duermes solo algunas noches ¿Verdad?

Me quedé pensativo, o más bien dubitativo por mi madre… Pensar en mamá no me quitaba la idea de hacer mía a Doña Carmina, pese a ser amigas íntimas. No me importaba en absoluto, porque fue ella quien me echó a los brazos de esa leona. El caso es que se acercó para decirme si me tenía que pagar con algo…, durante unos segundos se quedó con la mirada fija en mí y eso me excitó muchísimo…, No me debes nada, ¡Eres amiga de mi madre! Mira mejor me voy porque si no voy a meter la pata, le dije.Se pegó a mi cuerpo tanto que sentía sus duros pezones punzando mi pecho… – Sí claro, mucho mejor meter otra cosa…

– Sancho ¿Por qué tanta prisa cariño…? ¡Tú has venido creyendo que podías metérmela! Y quizás tengas razón. Me hallaba un tanto apabullado por la iniciativa de la madurita. – Mira cariño, me he fijado en ti muchas veces pero soy amiga de tu madre y compañera de trabajo desde más de 15 años y no deseo perder nuestra amistad, paro ya no soy una niña ni una mujer casada, y tengo mis necesidades. Pero contigo, aunque tuviese esposo no me importaría serle infiel. Aquellas palabras me invitaban al infierno. – Después de cinco años divorciada, tal vez sea el momento de pagarle a mi ex con la misma moneda a pesar de estar separados…, pero claro para eso también tienes que querer tú, porque yo quiero que me folles y hacerme lo más puta que desees para disfrutarlo, no solo por despecho… Además todo esto quedaría entre nosotros como un secreto con tu madre.

Me acerqué a ella y le di un beso muy suave en los labios, al cual ella respondió con otro no tan suave, en un momento nuestras lenguas estaban jugando entre sí. Seguimos besándonos en la cocina y mis manos comenzaron a acariciar su cuerpo por encima de su vestido suave y suelto, ella no hacía nada solo besarme saboreándome. Mirándola a los ojos mi mano derecha bajó y empezó a juguetear con su frondosa vulva…era carne mullida formando un coño hinchado bastante gordo. Me separé y le dije que si estaba nerviosa…, lo estaba porque no sabía si eso está bien, entonces le dije que si no estaba segura era mejor dejarlo antes de que estuviésemos más avanzados. Me respondió dejándola acariciar un poco más… se descolgó un tirante de su bata liberando la teta izquierda, al mismo tiempo me puse a besar, lamer y morder su tetaza. Mis manos apretaron sus nalgas pegando su cuerpo contra el mío donde pudo sentir que mi bulto estaba ya muy duro, me excitaba mucho la situación, seguimos besándonos y yo pasé a acariciar su otra teta por encima del vestido, estaban duras y se notaban sus pezones erectos. Bajé de nuevo mis manos y comencé a entrarlas por debajo del vestido acariciando sus piernas hasta llegar a sus nalgas, metí las manos por los lados de sus braguitas. Ella ya se había relajado bastante y acariciaba mi espalda, besaba despacito mi cuello y mis orejas, cuando notó que intentaba acercarme desde atrás con mi dedo hasta su raja, se paró en mi oreja y antes de bajarle las bragas me dijo…

– Me da vergüenza de una cosa, es que cuando me toques vas a notar que estoy mojada como si fuera la primera vez que me meten mano.

Yo le di un beso en la boca y le respondí, –Pues eso es lo que más me gusta de ti.

Y diciendo eso posé mi mano en su coño por encima de las bragas pudiendo notar que era verdad lo que decía, su tela estaba empapada, ella soltó un gemido y buscó con su mano mi paquete acariciándolo sobre el pantalón e intentando liberarlo. Esas tetas con su edad se mantenían muy sabrosas, muy poco caídas, aureolas medianas con unos pezones marrones claros, marcados por haber dado de lactar hace muchos años. Alternaba chupadas en sus salientes a medida que iba metiendo un dedo y después dos en la gran raja de su vagina, la cual babeaba flujo como la de una zorra adolescente. Yo quité mi mano de allí y comencé a bajarle el vestido y la fui desnudando hasta poder verla solo con las bragas, posando con las tetas al aire que me volvían loco, cuando lo hice comencé a pasar mi lengua desde la base del globo hasta llegar a su pezón, y cuando tocaba este con la punta de la lengua notaba como se retorcía, estaba realmente muy caliente y a mí me estaba poniendo igual. Estuve largo rato chupando sus pezones en tanto mi mano entre sus piernas acariciaba de arriba abajo su coño depilado, lo cual agradecía soltando más jugos, finalmente quité del todo su vestido. Acto seguido bajé sus bragas. Quería tenerla completamente desnuda, en ese momento me quedé mirando su coño fijamente, no hizo falta hablar mucho más para saber que había una conexión entre ambos, una unión desde el mismo día que la conocí y eso era irremediable, ella también quitó mi camisa y se puso en cuclillas… bajó mi pantalón dejándome solo con mis slips, de los cuales se deprendió liberando mi polla rígida que saltó como un resorte delante de su cara, la olió rozándola con la nariz sin atreverse a sacar lengua.

– ¡Wuau, que polla más buena…! Anda déjame disfrutar de lo mejor de la vida, nadie te dará una mejor mamada. ¡Me encanta el olor y sabor de la polla…intenso y tan masculino! ¡¿Lo sabes?!

En ese momento empezó a frotarme muy lentamente la polla con una mano y la otra en la bolsa escrotal, hasta que vio que la tenía tremendamente recia y dura, una verga de 18 centímetros surcada de venas hinchadas y el prepucio remangado, se plantaba ante esa mujer necesitada de ser follada desde hacía demasiado tiempo. Tal vez por eso, sin previo aviso se abalanzó lamiendo deliciosamente hacia el capullo con la punta de la lengua, empezó a lamerme el glande en círculos rodeándolo varias veces, haciéndome estremecer de deleite. Carmina observaba que aquello me enloquecía, me gustaba a raudales, entonces se introdujo toda la polla que le cupo en la boca y empezó a chuparla de arriba abajo muy despacito para que no me corriera demasiado rápido. Golpeaba su garganta y retrocedía, después besaba las bolas, las lamía con ganas y se tragaba cada huevo alternativamente, lo realiza con suavidad sabiendo que esos testículos estaban en una fase delicada repletos de leche preparada para salir hacia su útero tras un buen trabajo energizado…

Y de nuevo vuelve a tragase el cipote golpeando su galillo con el glande una y otra vez. Aprieta con suavidad sus labios alrededor del troco ensalivando la largura del duro falo, y haciéndome sentir su lengua en cada vena hinchada…me estaba llevando al cielo. Ella sin inmutarse y de un solo movimiento se la introducía casi completamente en su boca tirando a la vez de mis huevos con un ritmo que se iba incrementando poco a poco, era increíble como mamaba parecía mismamente toda una experta, en mi vida me habían hecho una mamada de tal magnitud, la metía y la sacaba con gran velocidad, al mismo tiempo que masajeaba mis convulsos testículos… Era una sensación inexplicable, tener a Doña Carmina en cuclillas haciéndome la felación del siglo, todo un espectáculo por el que nunca hubiese apostado, pero sin embargo allí estaba mamando como una puta dándome brillo a mi daga. No deseaba correrme en su boca, así que la agarré de las axilas y la invité a ponerse encima de la mesa con mi ayuda… comencé a besar todo su cuerpo desde su boca hasta sus formidables ubres lecheras, luego pasé por su vientre saboreando su piel, su pubis y de ahí salté a las piernas. Comencé a subir con mi lengua por sus orondas extremidades lamiendo el interior de sus muslos y cuando alcancé su rajita cerró las piernas y me llamó. Paré en seco…

– ¡¿Ibas a hacer lo que yo creo?!

– Pues sí, quiero comerme tu coño también…

–Te voy a decir algo, nunca me lo han hecho… eso a mi marido le daba asco y nunca lo hemos ni siquiera intentando…

Abrí un poquito sus piernas y volví de nuevo a bajar hasta sus muslos… su coño era devorado despacito, buscando con mi lengua el clítoris… –Alguna vez tiene que ser la primera, le dije.

Poco caso le hice mirándola a los ojos con mi lengua entre sus labios interiores, saboreaba el cálido y humectante chumino de la señora que se estremecía al tocar con mi lengua su clítoris…duro y enorme semejante a un garbanzo. Lo chupé, lamí y mordisqueé…lo succioné y mamé con fruición y sin más comencé a lengüeteárselo con entusiasmo baja el capuchón, era un recreo comerme su pepita apretado con la punta de mi lengua. Tras darle un severo castigo, busqué la entrada al cielo para follarme su coñazo con la lengua atiborrándome de su vulva, de tal manera que uniendo sus labios verticales con los míos se trataba de una comida de coño como pocas veces recuerdo. Su sabor a hembra en celo saturaban mis papilas gustativas disparando mis niveles de testosterona por todo lo alto…presentía mis ganas de follarla cada vez más intensamente produciéndome punzados que condolían mis huevos, mientras ella intensificaba sus gemidos frotándose con voracidad contra mi cara entre sus muslos… noté como se retorcía como una yegua desbocada… consiguió que se me pusiese mucho más dura. Su cadera cada vez se agitaba con mayor contundencia hasta que comenzó a soltar su eyaculación en un squirt asombroso dentro de mi boca… ¡Joder era la primera vez en beber la corrida de una hembra! La muy perra ni siquiera me avisó. Me tragué casi todo su fluido. Tras ese primer orgasmo deseado por ambos, subí hasta su boca besando de nuevo todo su cuerpo en mi recorrido y me besó con pasión diciéndome…

– Es la mejor corrida que he tenido en mi vida. ¡Nunca pensé que nadie me comería el coño así!

Le sonreí sabiendo que ya la tenía totalmente subyugada a mis deseos, y en nada se comportaría como una puta más con mi rabo en su coño…, –Pues esto solo acaba de comenzar, sonó el teléfono e indecisa no lo cogió… Ahora era mía de verdad, mi nueva hembra caliente y húmeda no tenía más opción que dejarse ser marcada como mí. Subida sobre la mesa de la cocina, al instante me coloqué entre sus piernas e iniciar la penetración. Mi tranca erecta, tiesa y dura completamente horizontal como una lanza en ristre, fue buscando su vagina ofreciéndose ella abierta, con todo su coño babeando franqueado por unos enormes labios carnosos lustrosos, impregnados de flujo ¡Vaya recibimiento! Mi glande no tuvo obstáculo en franquear la entrada de su vagina, aún estando bastante apretada, la dureza del cipote y su lubricación hicieron el trabajo duro.

La fui follando despacio dado que la señora lo tenía muy apretado del poco uso…pero mi verga se encontraba totalmente dura y rígida ahondando con suma facilidad expandiendo las paredes internas de su vagina acogedora…Ella se acomodaba sobre la mesa evitando caer en alguna posición incómoda, para no tener que detener la faena en algún momento. La metía en acometidas cortas ganando centímetros dentro de su vagina, hasta que entró todo el rabo y empezamos con el vaivén coordinado entre ella y yo. Notaba como mis pelotas rebotaban en la boca de su conejo hambriento, me asombró lo buen tragón que era viendo sus labios cual dos cortinas sobre el tronco entrando y saliendo en lo más íntimo de aquella señora. Su respiración empezaba a acelerar, síntoma inequívoco que lo disfrutaba. Buscaba sus labios para estamparle un nuevo beso en la boca, de manera que se sintiera no sólo deseada, sino también amada al tiempo que la clavaba a fondo ahogando sus gemidos con mis labios. Carmina cada vez se entregaba más… Me besaba y metía su lengua en mi boca para intercambiar saliva agarrándome de la cabeza, y después con ambas manos tiraba de mi culo hacia ella para que entrase más dentro de su coño…

– ¡Métela hasta el mismo fondo cabrón! Me decía. – No dejes nada fuera de mi coño…ni las pelotas.

Se le veía fuera de sí al sentirse perforada por un macho tras tanto tiempo en el dique seco, deseaba que hiciera uso de todo su cuerpo, abriéndose completamente despatarrada, de esa forma mi verga acuchillaba su vagina a saco con mayor facilidad hasta el mismo útero. Se notaba loca de recibir mis pollazos durante todo el rato sobre la mesa donde solía comer. Completamente acalorados sudábamos ambientando el espacio a sexo lascivo, de olor y sonido por el chapoteo de nuestros cuerpos. Cambiamos de posición a petición mía, y ella me sugirió ir a la cama del cuarto de matrimonio, donde su marido la folló durante años y la preñó dos veces. La puse a cuatro patas para tener bajo mi visión su mullida vagina y el gran culazo que pronto me estaría follando…, follándome el coño empezaría a jugar con mi dedo pulgar en su orificio anal, al tiempo de insertar mi tranca hasta la raíz una y otra vez, con mis pelotas balanceándose como campanas al vuelo. Nos acomodamos poniendo una almohada bajo su vientre, apoyo la cabeza en la cama, e iniciamos en la nueva posición otra sesión. Esta vez los movimientos eran más marcados y me permitía golpear con mi pelvis sus nalgas sin llegar hasta la pared del útero.

Sé que le dolía cuando entraba con mucha fuerza, pero ahora lo gozaba más pese a que esos gemidos mezclados entre dolor y placer eran espectaculares. Unos minutos así los pudo soportar bien, pero el dolor en la rodilla por su desgaste en el menisco, del que pronto la operarán para aliviarle tal tortura, no le permitió continuar en esa posición. Así que le sugerí la pose que mi madre suele disfrutar más… Esta vez me eché en la cama y fue ella la que montó sobre mi verga. Qué delicia verla acomodarse mi verga en su vagina, poco a poco bajaba y se empaló perdiéndose todo el trozo en su hendidura dulzona, suave y enjuta. Montó, encajó la verga y una vez enchufada comenzó a cabalgar. Ya se estaba comportando como una gran hembra, alcanzando el valor de PUTA. No se dejaba un solo centímetro fuera de su coño tragón mojándome el venoso falo con rezumes de flujo recorriendo mis pelotas… Sus tetas rebotando como dos glandes globos hinchados de agua gelatinosa, eran un espectáculo digno de circo ¡Sus pezones me estaban hipnotizando! Ahora era ella quien dominaba los movimientos y dejaba entrar mi verga hasta donde no le doliera, yo solo contorneaba con mis dedos sus curvas, sus masas de carne exuberante, su clítoris… al tiempo que mamaba de sus pezones como un bebé famélico y mordía las ubres rollizas.

Se notaba que lo disfrutaba no sólo por la penetración profunda, sino porque esa posición me permitía frotar el clítoris en simultáneo y mamar de sus tetas… todos los puntos erógenos en acción. De vez en cuando la sometía a una puntada profunda elevando mi pelvis a la par que ella producía un sentón sobre mis testículos al borde de la erupción de lava que contenían, y con el capullo llenaba su profunda vagina administrándole un gozo extra al percibir mi glande golpear su pared vaginal. Hasta llegar Yo nadie le había medido la profundidad vaginal, y esta no era mayor de los 16 centímetros, así que mis 18 empujaban su pared agrandándole el conducto, consiguiendo tragarse mi rabo hasta la raíz finalmente. Cuando se repantigo para aliviar la presión, se sostenía sobre mis piernas con ambos brazos, de esa forma me ofreció ver su coño empaladocon mi verga entrando y saliendo de su coño, que destilaba ese jaboncillo blanquecino que toda puta suelta cuando está muy excitada… ¡Y Joder su pepita es enorme! La descapullé viendo un saliente como un dedo meñique…me dieron ganas de volver a comérmelo, pero follármelo así también estaba bien. Un par de minutos más acompañados con masajes, palabras groseras que sorprendían salieran de su boca de una educadora de niños de corta edad y estrujado sus nalgas, hicieron que aquella follada se tornara antológica para la amiga de mi madre, tras muchos años… mi nueva PUTA volvió a tener un orgasmo como bien se merece una hembra de ese calibre. Su rostro, sus contracciones pélvicas, las lágrimas saliendo de sus ojos, me confirmaban que tanto ella como mi madre llegaban al orgasmo de una manera similar por la emoción de no esperar tanta alegría a esas alturas de su vida. Dos señoras cachondas que no tenía macho que les follara debidamente, que las usara como perras en celo y las llenara con un buen trozo de carne dura y esperma a rebosar.

Mi padre por ser inválido sexual y el marido de Carmina por abandonar a tan suculenta señora de buen ver y mejor follar. ¡Tal vez el error marital fue no haberle comido el coño! Pero yo aún no llegaba a correrme, a punto estuve un par de veces que desconecté para no descargarme… con todo y con ello hacía mucho que no aguantaba tanto dentro de una vagina tan fogosa. Notaba como se contraían sus paredes sobre mi dura tranca mientras se corría la muy zorra, pero no dejé de someterla a pollazos duros, en tanto percibía el presionante roce en mi sensible glande. Cuando acabaron sus contracciones pulsativas, la lamí por todas las zonas que mi lengua daba de sí… y le dije que se echara en la cama boca arriba. Extraje la polla humedecida por sus flujos copiosos debido a la gran corrida que había tenido la dueña. Con todo su coño accesible totalmente despatarrada, la enfundé a tope percibiendo su fondo vaginal dado de sí… sin dolor y la buena lubricación de su coño tras su orgasmo facilitó que entrara de un solo envión hasta hacer tope en los huevos, y de seguido machacar su conejo sin la menor perturbación.

Aquello ya era mi locura, el gran esprín final dándole todo lo duro y fuerte que mi testosterona mandaba… En aquella posición era preciso acabar, y en no más de tres minutos más, se abrieron las compuestas de mis huevos soltando toda la leche contenida al punto de hervir. Noté como eyaculaba grandes chorros de lefa, uno tras otro rellenaban a Doña Carmina que gritaba de gusto al notar cada aldabonazo de lava tibia en su más profunda intimidad, perdiendo lo poco que le quedaba de dignidad para convertirse en mi nueva PUTA. Puso los ojos en blanco de gozo al notarse por fin atiborrada de semen, una sensación rememorada como si fuese la primera vez. La situación me pareció tan tierna que le di un beso francés húmedo y lujurioso como pocos en tanto mi verga expelía esperma sin parar chorro tras chorro, siete lefazos conté, cegando la cavidad uterina donde solo su marido logró poblar de esperma, consiguiendo preñar su fértil vientre dos veces, con mucho menos volumen de lefa. Secos mis testículos, la desencajé de su estuche y me paré al lado de la cama… puse mi verga a la altura de su rostro. Con una mirada entendió que la estaba invitando a degustar con sus labios tremendo manjar. ¡Aprende rápido! Pensé, la cogió y se lo llevó a la boca. Una mamada un poco torpe al inicio pero que en pocos segundos ya había tomado ritmo de zorra golosa me permitió disfrutar de una buena mamada. La fruición de sus labios y mis ganas de desovar lo que quedaba de leche, hizo que pocos segundos se produjera una empalmada… Se fue endureciendo dentro de su boca llenándola de forma muy rápida.Pero lejos de desear que fuese una descarga de leche directo a su boca, me permitió darle por el culo…ella misma se puso en pompa abriéndose las nalgas… comencé a metérsela primero por la vagina para lubricarla debidamente, con el mete saca de costumbre al ritmo que ella le gusta, ella ya con el último intento de parar me dijo…

– Mi amor, ahora puedes entrar por mi culo…

Esa era la esencia del plan, sabía que podía chillar bien fuerte. Desde esa posición veía su pequeño orificio anal, rosado oscuro y arrugado en forma de estrella, era notable el tiempo que tenía sin ser enculada, y pensé sería el mejor momento, la saque de su vagina y la dirigí directamente hacia su culo, en un primer intento no pudo entrar, por la diferencia de grosor entre mi glande y el orificio tan reducido de Carmina. Al oír su chillido, agarre un paño que estaba allí y se lo metí a la boca…

– Esto es para que no chilles perra, te voy a romper el culo ahora.

Para facilitar la penetración, agarre un aceite corporal del cajón y lo esparcí por la raja de su culo y ano…también embadurné la polla con un poco de aceite, y volví a embestirle el ano. La penetración era forzada, el tamaño de su botoncito demasiado reducido con poco uso, por lo menos lo era antes de encularla, pero entre sacada y embestida le fui rompiendo el culo, la estaba desflorando analmente, sentía como mi polla se abría paso entre las entrañas de la puta amiga de mi madre. A mí me dolía un poco pese a la dureza de mi falo, pero era tal la excitación que en lo único que pensaba y concentraba en ese momento era de terminar de rompérselo. ¿Te podrás imaginar a una digna señora maestra de escuela siendo empalada brutalmente por su culo…? Veía su rostro a través del espejo del armario, su cara rota de gozo y dolor, mordiendo el paño con la boca, sus chillidos se ahogaban en él. Con los ojos vidriosos, sus finas lagrimas no tardaron en derramarse por sus delicadas mejillas, el maquillaje que con tanto esmero se había hecho se le corría gozando de mi brutal penetración, sus piernas se flexionaban hacia adentro tratando de sobrellevar cada pollazo. Ahora que lo pienso pudo ser un poco despiadado de mi parte darle por el culo de esa forma…, en poco el dolor se transformó en placer, ella empezó a mover su enorme trasero acompasado con el mete saca de mi verga, y tras diez minutos calando todo el trozo hasta los huevos, me pegó el gran subidón y de nuevo la llené de leche caliente, pero ahora en su cavidad anal. Veía su expresión toda desmaquillada por las lágrimas del esfuerzo al soportar mis acometidas y por la emoción de sentirse de nuevo viva y deseada por un semental. La verdad era muy excitante todo aquello, Carmina siempre había sido toda una señora plena de dignidad y muy respetada, mas verla en esas condiciones de depravación cambió mi concepto de ella, ¡Es un animal sediento de sexo como cualquier otra!

Se quedó recostada en su cama cubierta de lefa… le metí mi verga en su boca para que acabase de chupar el resto de semen que manaba… esperaba unas arcadas de asco que no se produjeron, al contrario, mamó con fruición rematando lo que quedaba de la lechada, su galillo puso tope a todo mi semen en su boca jugando con él, me lo enseñó para demostrarme que su boca lo acumulaba, y al instante se lo tragó llenando su estómago. Nunca antes lo había probado. Tragó sin el menor recato, colocándose sus gafas, la cuales nunca se las quitó en toda la follada. La besé y la abracé. Le dije que lo había disfrutado mucho y que había sido de los mejores encuentros que había tenido…

– ¡Qué zorra te ves así, tienes la cara como una verdadera puta!

– Eres un cabrón… ¡Mira cómo me has dejado el ojete!

Me dijo con media sonrisa antes de ponerme la ropa para marcharme. Su orificio se magnificó en tamaño totalmente rojo y pensar que todo aquello ocurrió en algo más de 25 minutos.

– ¿Follo mejor que tu madre…?Preguntó dejándome un poco desconcertado…

– No lo sé aún, tendrías que hacer las cosas que hago con ella para poder decirlo, le dije convencido que a partir de ese día Carmina sería mi nueva Puta,

– Entonces las iremos haciendo poco a poco…

– Eso tenlo por seguro, le respondí.

Se fue desnuda al baño a lavarse la boca y la cara, y antes de salir del cuarto me dijo que el almuerzo lo serviría a las 2:00 por si me apetecía comer con ella, que siempre lo hacía sola y después podríamos “dormir la siesta”

– Perfecto, así tras el almuerzo podremos comer el postre en la cama…

Y fue así como la aventura con la amiga de mi madre dio rienda suelta a mí placer. Me guardé la polla, y tras ella me di una ducha en su casa, llamé a mi madre para decirle que no iría a almorzar con ella y mi padre, mi madre solo me contestó… – Lleva cuidado, que Carmina tiene mucha hambre atrasada de macho, En la voz sentí sus inevitables celos. Sin embargo, no podía quejarse de lo ella misma había propiciado. Ella nos había presentado y fui yo la víctima de su plan… En una frase, “mi madre había entregado a su hijo en bandeja de plata a una leona enjaulada”. La aventura dejó con una expresión de satisfacción tremenda en mí ego, pues acababa follarle el coño y romperle el culo a la amiga de mamá, a cambio de un sencillo trabajo de carpintería… ¡Y ellas lo sabían! Me tendieron una trampa sibilina, y un hombre está pedido cuando confabulan contra él dos zorras, en el más amplio sentido de dicha afección.

Comimos carne en carrillada en una rica salsa, pero en el postre me preparó “La Gran Follada” que me dejó definitivamente seco, exhausto y agotado para varios días. Casada o no me perfilaba para ser su cabrón, volviéndola a follar por petición de ella. Perversamente le pregunté sobre la experiencia… a lo que ella, sin evitar sonrojarse, sólo respondió que había estado muy bien. Sonrió. No quise insistir en el tema y guardé silencio. A mi marcha me pidió acompañarme a casa de mi madre. Durante el trayecto contemplé una sonrisa plena en Carmina…se veía totalmente feliz. Al llegar me despedí de mi madre y de Carmina, quien lo hizo dándome las gracias, con un beso en la mejilla pegado a la comisura, alcancé a oler el aliento proveniente de su boca… un aroma a carmín mezclado con el originario de mi esperma. Percibir aquel aroma me produjo una mezcla de sensaciones…por una parte me causó excitación, como si me hubiera embarrado la viscosidad de su coño inseminado, y por otra la lujuria expuesta apenas unos minutos antes, mamándome la polla.

Se quedaron ambas amigas charlando, o confabulando…Sin embargo para mí parecer pagué un precio pequeño a cambio de atiborrarle el útero, el culo y la boca de energética lefa… lo que viene siendo un completo. Si te soy sincero no sé quien pagó a quién, ni quién recibió más del otro. Durante unos días me preguntaba por qué se comportó tan sumisa una mujer que emana carácter…, Yo he llegado a la conclusión que es algo inevitable en la bipolaridad de muchas hembras, que presentan altanería, para velar su deseo de ser sometida por un hombre y su verga… ¡Por su naturaleza regida para engendrar! Doy gracias a Dios que me tocó por suerte una madre, y una hermana así, y ahora me encuentro con Carmina que se puede decir es mi nueva… ¡Una puta de casa! Como mi madre… Naturalmente a Doña Carmina la he incluido en el menú de mi carta de folladas semanales, y una vez al menos lo pasamos bien follando a saco, portándose como una auténtica Puta, dándolo todo y dejándome darle polla en sus agujeritos calientes. Desperdiciar un talento como el de Carmina, una mujer de armas tomar, sumisa y perra en celo cuando desea recibir verga… sería un delito, y más negarse a la aventura que ambas preparaban en un camping nudista muy especial.

CONTINUARÁ…

Por rocio

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