Hola, mi nombre es Ángela quiero contarles como le entregue mi cuerpo a un maestro que tuve hace algunos años, siempre he estado conforme con mi cuerpo, soy morena, delgada y con una estatura algo normal, tengo el pelo muy negro y poco ondulado, mi rostro me agrada bastante, en especial mis ojos ya que tengo unas grandes pestañas y una boca pequeña pero buen definida, mis nalgas son pequeñas pero están en su lugar, mi busto no es muy grande pero esta firme, uso una copa B.
Bueno, les cuento, esto comenzó cuando cursaba la secundaria, mi cuerpo en esa fecha era muy diferente, era muy delgada, mis senos no habían crecido nada y mis nalgas ni se diga, estaba completamente plana, solo mi rostro era igual, me decían que parecía mayor pero solo de mi cara ya que mi cuerpo no se había desarrollado.
Cursaba el último grado de secundaria, cuando entro a mi escuela un maestro, en realidad era un practicante, es decir, estaba estudiando para serlo y tenía que cumplir con sus prácticas finales.
Lo asignaron a tres de los seis grupos, daba la clase de matemáticas, nosotros lo vimos muy joven, tenía solo 20 años, le hicimos algunas bromas y no lo obedecíamos, pero inmediatamente nos puso un alto y se mostro excesivamente estricto. Al inicio muchas de nosotros nos sentíamos atraídas por él y le coqueteábamos, pero debido a lo estricto y a su forma dura de ser lo dejamos de hacer.
A decir verdad, nos enseño bastante, y al final se porto como un buen amigo, lo llegamos a apreciar mas que a nuestros verdaderos maestros.
Al terminar la secundaria, entre a la preparatoria, en mi escuela están juntas la secundaria, preparatoria y la universidad, así que permanecí en ese mismo lugar, como la mayoría de mis compañeros.
Este maestro que les menciono se llama Rolando, no volvimos a saber nada de el hasta que entre al segundo año de preparatoria, ya que al asignarnos a nuestros nuevos maestros, el estaba ahí, varios de sus ex alumnos ya lo conocíamos, a algunos nos dio gusto y a otros no.
Su actitud era muy parecida a cuando nos dio clases en secundaria, pero se mostraba un poco más amable, el me daba la mayoría de mis clases, ya que era matemáticas y mi especialidad era contabilidad.
En fin, en ocasiones lo invitábamos a fiestas y a veces asistía, pero se comportaba como maestro. A varias de nosotras nos gustaba, pero había una chica llamada Inés que le coqueteaba muy fuertemente al maestro de hecho lo llegaba a poner nervioso, Ines es muy bella y con un cuerpo hermoso, pensábamos que Rolando caería ante su belleza, pero no fue así.
Mi cuerpo en ese entonces ya había cambiado, tomo mas forma y me veía un poco mejor, pero me descuide un poco, ya que comía mucho y me llegó a crecer un poco la pancita jaja, lo único de engordar un poco es que mis senos crecieron, de ser una copa B paso a ser una copa C, me encantaba lo pesados que habían puesto y las miradas que atraía de los chicos.
Comencé a salir con un chico bastante guapo, a los pocos meses tuvimos sexo por primera vez, no fue algo especial ni espectacular, solo lo hicimos un par de veces.
Descubrí que el me fue infiel y termine mi relación con el, estaba muy triste, me sentaba sola en los pasillos de la escuela y en ocasiones lloraba, una ocasión, mi maestro me vio y me pregunto que me sucedía, como le tenia mucha confianza le conté lo que me había pasada, me dijo que apenas era una niña y que ya encontraría a alguien que me supiera apreciar, tome valor para preguntarle que si yo le parecía bonita y que si le gustaría para ser su novia, el sonrió y contesto que si, pero solo si tuviera mi edad.
Eso me emociono un poco, tomaba como pretexto estar triste para poder platicar con el, un día me estaba en compañía de unas amigas en un centro comercial, vi a lo lejos a Rolando y me acerque a el, me saludo y lo invitamos al cine. La película termino muy tarde así que nos llevo a nuestra casa, éramos tres chicas, yo fui la ultima a quien fue a dejar, casi llegábamos a mi casa cuando le pedí que se detuviera para comprar un refresco, lo hizo y cuando de nuevo iba a encender el auto lo abrace y lo di un beso muy tierno, el me correspondió y abrí mi boca para meter mi lengua y tocar la suya, estuvimos besándonos varios minutos, me empecé a excitar mucho, el me tenia sujeta por la cintura, me daba algo de pena por lo kilos que traía de sobrepeso, aun así, pegaba lo mas que podía mi cuerpo al suyo, su mano comenzó a subir y llego a mis senos, los amaso muy lentamente, yo respiraba muy fuerte, ni mi antiguo novio me había acariciado de esa forma, sentía como mis pezones se endurecían, yo coloque mi mano sobre su pene, el dejo de besarme y dijo que no estaba bien lo que hacíamos, encendió el auto y me llevo a mi casa.
Al despedirme de él le di un suave beso y él se quedo mudo. En la escuela él se comenzó a portar muy frio, me llamaba por mi apellido, eso me hacía sentir muy mal, yo estaba enamorada de él, yo trataba de hablar con el pero me evitaba, para distraerme, me puse a hacer mucho ejercicio, mi abdomen desapareció y me quedo un vientre muy plano y firme, mis senos conservaron su tamaño. Me volví mas atractiva y los chicos me seguían, pero yo seguía enamorada de mi maestro.
Pasaron los meses, y yo seguía enamorada de el, recordaba aquel beso y las caricias que me dio, siempre que pensaba en eso me masturbaba.
Termine la preparatoria y entre a la universidad, permanecí en la misma escuela con la esperanza de al menos poder verlo, al estar en clases, casi me desmayo al ver a mi unos de mis futuros maestros, ¡era Rolando!, de nuevo mi iba a dar clases, pero de nuevo estaba ahí Inés, que se había puesto más hermosa, su piel es muy blanca, ojos verdes y un cuerpo muy bien formado, parecía una verdadera muñeca, ella al verlo inmediatamente lanzo sus coqueteos, yo me enfurecía al verla, estaba segura que esta vez sí lo conquistaría.
Un día los vi juntos tomando un café, sentí que me moría a verlos juntos, Inés se dio cuenta que los observaba y le dio un pequeño beso en la mejilla, yo me aleje del lugar, al llegar a mi casa me dedique a llorar.
Pasaron los meses y Rolando se comportaba un poco mas gentil, eso me agrado, pero no dejaba de pensar que tenía una relación con Inés. Yo cumpliría mis 18 años en una semana, así que lo invite a mi fiesta que era en un fin de semana, pero no pudo asistir por un compromiso de la universidad, me envió su regalo con uno de mis compañeros, era un hermoso vestido blanco y azul de tirantes, la tela era muy delgada, como para usarlo en la playa. El lunes al llegar a la escuela me pregunto que si me había gustado mi regalo, le conteste que si pero que me gustaría me hubiera estado ahí conmigo, el me respondió que me repondría el no haber podido estar ahí, a tono de broma le dije lo invitaba comer, el dudo pero acepto; no lo podía creer, había dicho que si.
Mis padres tenían que salir un par de días fuera de la ciudad, así que aproveche la fecha e invite a Rolando a mi casa, me puse el vestido que me regalo, al llegar lo recibí normalmente aunque me moría de ganas por besarlo, pregunto que donde estaban mis padres y le conteste diciendo que tuvieron que salir de emergencia.
Nos sentamos a platicar, no contuve mi duda preguntándole si salía con Inés, el rio a carcajadas y eso me molesto un poco, paro de reír y dijo que el e Inés eran primos lejanos y que por eso ella lo molestaba con sus coqueteos, yo comencé a reír también. Eso me calmo mucho, después de platicar un buen rato decidí preguntarle si yo le gustaba, el se cayó y dijo que era hora de irse, trato de levantarse pero lo detuve sujetándolo de la mano, el me miro y dijo que yo era muy bella, pero que tenía que estar con alguien de mi edad, que aun era una niña. Comencé a llorar y el se sentó junto a mí, me abrazo y así nos quedamos unos minutos.
Deje de llorar y el limpio mis lagrimas, le sonreí y me sorprendió con un beso, al principio fue suave, solo tocábamos nuestro labios, después usamos nuestras lenguas, me abrazo fuertemente y con una de sus manos acariciaba mi rostro.
Puso sus manos en mi cintura y las subió poco a poco, tomo mis senos y los acariciaba despacio, los jalaba suavemente hacia el, mis pezones se pararon y los frotaba por encima del vestido, dejo mis senos un momento y acaricio mis piernas, desde las pantorrillas hasta mis muslos, no me contuve y me senté sobre sus piernas viéndolo de frente, comenzó a besar mi cuello y di pequeños gemidos.
Le dije que me hiciera el amor, me tomo fuertemente de las nalgas y me cargo, no dejamos de besarnos y lo guie hacia mi recamara, estando ahí se sentó en la cama, no me soltó ni por un segundo, sus manos jugaban con mis nalgas, las acariciaba y le daba pequeños apretones, tomo la parte inferior de mi vestido y me subió para poder quitármelo, tan solo tuve que levantar mis manos para que pudiera salir.
Quede solo en ropa interior, me levante y lo empecé a desnudar, lo deje un bóxer y nos recostamos en la cama, me subí sobre el y podía sentir lo duro de su pene que pegaba en mis piernas, no quitamos el resto de la ropa y vi como su pene se paro mas cuando me vio desnuda, eso me excito mucho, el se dedico a chupar mis tetas, lo hacía muy rico, pasaba su lengua por cada centímetro de mis senos, en especial mis pezones y la areola, los succionaba a diferentes ritmos, fuerte y luego lento, al mismo tiempo metía sus dedos en mi vagina, presionando mi clítoris y en ocasiones mi ano, moje mis sabanas de lo caliente que estaba, tome su pene y lo acaricie muy despacio, sentía como le hervía la sangre que circula en cada una de sus venas, el largo de su pene era normal, de unos 15 o 16 centímetros, en realidad, lo tenía más grande que el chico con el que tuve sexo por primera vez, lo que me parecía muy grande era la grueso, mi mano no podía rodeárselo por completo, eso me excitaba mas, pero a la vez me daba miedo. Y lo que más me sorprendió era la punta de verga, que era un par de centímetros más gruesa que el resto del pene.
Se coloco entre mis piernas y yo las abrí lo mas que pude, me pregunto que si era mi primera vez, le conteste que no pero que solo había hecho dos veces, que fuera tierno ya que su pene era muy grueso para mi.
El me beso muy despacio, tome su pene y lo puse en mi sexo, lo metió poco a poco, me introdujo la punta y arquee mi espalda de placer, el aprovecho esto y metió su mano izquierda debajo de mi, me sujeto firmemente y continuo metiéndomela, sentía como mi vagina se abría, pero a la vez me dolía, sentía que no se podía estirar mas, yo me movía demasiado mientras daba gemidos de dolor y placer, metió su mano derecha debajo de mi y me sujeto por el hombro izquierdo, me tenia inmovilizada, saco su pene dejando solo la punta dentro de mi, eso me dolía mas que tenerlo adentro ya que mi vagina se tenia que estirar mas a la entrada, y eso que solo me había metido la mitad.
Empecé a llorar pero no me dio descanso, me la metió de un golpe hasta la mitad, grite de dolor, le pedí que parara, pero a la vez lo detuve poniendo mis pierna a su alrededor y arañándolo de la espalda y las nalgas, el entendió que a pesar de decirle que se detuviera, mi cuerpo pedía mas placer, trato de metérmela completa pero no pudo, se empezó a mover despacio, sentía como mi vagina ajustaba su pene, cada vez que salía un poco de mi, parte de los músculos de vagina se estiraban hacia afuera junto con su verga. Eso me volvía loca, dijo que me iba a penetrar completamente, tan solo asenté con la cabeza y empujo fuertemente, sus testículos chocaron en mis nalgas, llore de placer y dolor, lo tome de las nalgas y lo apreté con mi piernas, comenzó a bombearme despacio y fue acelerando el ritmo, mi sexo se fue adaptando a su gruesa verga, pero aun así, sentía como parte de mi vagina se salía de mi interior junto con su pene, me dolía terriblemente, pero el placer también era inmenso, no quería que se saliera de mi, sentía un extraño liquido en mi vagina, no eran mis propios fluidos, era algo diferente, no le di importancia y deje que me siguiera penetrando, tuve varios orgasmos, tan solo lamia los labios de Rolando así como parte de su pecho.
El bajo el ritmo de la penetración que me daba, me la ensarto toda y me sujeto de las nalgas, se giro y quede montada sobre el, me tomo de la cintura y me guio para subir y bajar de su pene, voltee a ver mi sexo y vi claramente como un par de centímetros de la parte interna de mi vagina se estiraban hacia afuera apretando su pene, no podía creer lo que veía, no me importo y seguí bajando y subiendo por su pene, me encontraba sentada sobre el, se levanto para chupar mis senos y acariciar mis nalgas, me las apretó con todas sus fuerzas y me guiaba al momento dejarme caer sobre su verga, me dio una nalgada y eso me calentó muchísimo, lo empuje y me recosté sobre el, tan solo movía mis caderas de arriba abajo, me acaricio el rostro y me beso tiernamente, tuvimos el orgasmo mas fuerte que haya sentido, su pene saltaba dentro de mi, se hinchaba y soltaba chorros se semen.
Al terminar los espasmo de nuestros sexos me retire de el y un liquido salió de mi, tome un poco con mi manos y note que era una mezcla de fluidos míos, de el, de semen y un poco de sangre, su pene era tan grueso que me lastimo un poco.
Al terminar no bañamos e hicimos el amor de nuevo. Ese día le entregue todo, tuvimos sexo anal pero eso se los contare mas adelante.
Espero y les haya gustado.