Nos envian: Capitulo 1

Este es un relato de mi primera experiencia con la chica que conocí en AFF

Capitulo 1

Mi memoria no es muy buena, y han pasado más de dos años que sucedió lo que aquí escribo, así
que a lo mejor omito, confundo o cambio algunos detalles, pero en general los hechos y las
emociones son como los recuerdo.

Búsqueda
Estaba en un “desierto” en mi vida, llevaba varios años en una sequedad difícil de explicar, sin
intimidad en mi matrimonio, por razones que no vienen al caso comentar en este momento. El
caso es que me sentía muy solo y sexualmente frustrado.
Una persona me sugirió que me inscribiera a alguna página para encontrar pareja o encuentros
ocasionales.

Estuve revisando varias páginas y la que más me convenció fue casadasdiscretas.com – después
me di cuenta que había varias páginas ligadas y que todas eran AdultFriendFinder.com. Lo que
más me llamó la atención fue la “garantía” de conseguir tener relaciones en los primeros 3 meses.
No era muy cara, así que decidí inscribirme.

Llené mi perfil me describí como “tranquilo, pero de carácter fuerte”, llené casi todos los campos
sobre mi personalidad, mis preferencias sexuales y lo que estaba buscando, en mi recamara me
tomé un par de fotos mostrando mi torso desnudo, pensando que todavía hay mujeres que les
gustan los hombres con pelo en pecho, jejejeje- y listo a ver qué sucede…eran los últimos días de
diciembre del 2012.

Empecé a ver perfiles de muchas chicas en la página, al parecer había para todos los gustos:
Rubias, morenas, trigueñas; jovencitas, maduras; atrevidas, reservadas, un poco de todo.
Igualmente me di cuenta que había muchos más hombres que chicas y también había
homosexuales y lesbianas…

Los primeros días mientras entendía como estaba “el movimiento” seleccione muchas chicas a mi
“lista caliente” y les enviaba “guiños” o saludos… no servía de nada, no obtenía respuesta. Sí había
chicas que veían mi perfil, pero supongo que cuando veían que decía “casado” me descartaban.
Cuando llené mi perfil en “casadas discretas” Puse que era casado, para evitar malos entendidos
posteriormente, aunque estaba seguro que eso iba a alejar a chicas que pudiesen estar
interesadas.

Mi expectativa no era conocer muchas chicas o tener sexo con muchas, más bien era conocer
alguien que estuviera en una situación semejante a la mía, alguien con quien compartir soledad y
amistad e intimidad. Los primeros mes no sabía cómo expresarlo, con el tiempo me di cuenta que
quería una amante, alguien que me hiciera sentir vivo nuevamente, también demostrarme que
podía complacer a una mujer.

A principios de enero del 2012 recibí un mensaje, alguien me había enviado un “guiño”.
Rápidamente entré a la página para ver de quién se trataba. La foto en su perfil era discreta,
dejaba entrever cierta timidez y belleza. El pseudónimo en su perfil decía que era “Bonita”, no
quiso especificar si tenía compromiso, por lo que deduje que era casada – en la página cuando la
chica es soltera o divorciada lo pone muy claro-. Así que decidí tratar de contactarla.

Primeras conversaciones
Uno o dos días después coincidimos en el chat de la página y nos presentamos, como ambos
teníamos cuenta en Hotmail, lo primero en que nos pusimos de acuerdo fue en chatear en ese
ambiente.

Las primeras conversaciones fueron muy amplias, desde el principio me dio mucha confianza y
como yo era neófito en este tipo de relacionamiento, decidí que iba a ser abierto y a ser sincero,
igualmente así la sentí a ella; creo que ambos nos abrimos y platicamos de muchas cosas con
mucha naturalidad – Todavía me sorprende la forma en que uno es capaz de abrirse y expresarse
en el chat, aunque también es muy fácil que se presenten malos entendidos –.

Bonita tiene dos hijas, prácticamente de la misma edad que las mías, trabaja como asistente
ejecutiva y ama de casa. Me comentó que la relación con su marido era muy mala, prácticamente
no tenía comunicación con él, “vivimos como extraños en la misma casa”. Se me quedó muy
grabada la frase que me dijo cuando le pregunté cómo eran sus relaciones sexuales – “todo es
empezar y terminar”. Me entristeció mucho cuando me comentó había sufrido violencia por parte
de su marido, física y junto con su indiferencia también la violencia no verbal.

La percibí como una mujer inteligente, hasta cierto punto temerosa, y por momentos ciertamente
triste, atrapada en un matrimonio sin amor y con muy poca esperanza de mejorar. Al igual que yo,
parece que se siente sola en su matrimonio.

Chateabamos o nos enviábamos correos todos los días, varias veces al día, platicamos de muchas
cosas: gustos, preferencias, fantasías, estados de ánimo, trabajo, Arjona, política, deportes,…
intercambiamos videos, chistes, reflexiones, anécdotas y toda esa clase de curiosidades que uno
recibe por internet, muchos de ellos nos daban tema de conversación. Prácticamente desde el
primer día que chateamos le dije que me gustaría conocerla personalmente, pero la distancia
entre nuestros ámbitos de trabajo y los distintos compromisos que ambos teníamos hacían difícil
poder agendar una cita de apenas una hora, fue hasta los principios de febrero, dos meses
después de nuestro primer contacto que quedamos de vernos para tomar un café.

Primer Encuentro
Nos quedamos de ver una tarde en Chilis, después del trabajo. Yo estaba muy nervioso y ansioso,
me sudaban las manos y tenía el pulso muy acelerado. Como era hora pico, me encontré con
mucho tráfico y se me hizo unos minutos tarde. Cuando llegué al restaurante ella ya estaba ahí,
sentada en la primera mesa de frente a la puerta, llevaba puesto su uniforme de trabajo, yo iba de
saco y corbata. Al llegar la salude con un beso en la mejilla y me senté frente a ella, mi primera
impresión correspondió a mis expectativas, si es bonita, tiene un rostro con bellas facciones,
particularmente su sonrisa. Por las fotos que me había enviado imaginaba que era un poco más
alta y con senos más grandes, pero igual es muy atractiva.

Como llegué un poco retrasado y estaba emocionado empecé a hablar muy rápido, yo creo que
hasta tartamudee al principio de la charla, pero en unos minutos ya estaba más tranquilo, pienso
que ambos nos relajamos, aunque los nervios no se alejaron del todo. La plática en el restaurante
fue amena, como estábamos en un lugar público no fue muy candente, pero sirvió para
conocernos un poco mejor. No teníamos mucho tiempo y solo alcanzamos a tomarnos un
refresco.

Una hora después pedimos la cuenta, pagamos y salimos al estacionamiento, la acompañe a su
carro y nos despedimos con un abrazo.

Conocimiento
Después de ese primer encuentro, los siguientes 2 meses seguimos en contacto correo electrónico
y por chat, la amistad y la confianza parecía crecer, casi siempre platicábamos del trabajo o de X
temas, pero de vez en cuando las conversaciones del chat se volvían cachondas y calenturientas,
compartíamos alguna fantasía y platicábamos de las ganas de salir algún día. Yo creo que ambos lo
deseábamos, pero ella necesitaba un poco de tiempo para convencerse a sí misma de dar el
siguiente paso, yo trataba de animarla ofreciéndole masajes o consentirla el día que nos viéramos;
nos íbamos acercando…

Segundo encuentro
Hacia finales de Mayo ya estábamos listos, bueno, ella ya estaba decidida. Teníamos que
encontrar una fecha en que ella pudiera salir temprano de su trabajo, con el pretexto de ir a
comprar algún suministro de su oficina, yo no tenía problema por salir temprano del trabajo.
Al fin se presentó la ocasión, quedamos de vernos un martes como a las 4:00 de la tarde, nos
encontraríamos en el estacionamiento del Chilis y de ahí iríamos a un motel cercano.
Dos días antes de ese segundo encuentro, me envió un correo con unas fotos
que ella misma se tomó, solo tenía puesto un bra color azul marino que
contrastaba con su piel blanca, fotos muy sensuales, pero sin enseñar más de
lo debido, me excitó mucho pensar que pronto iba a tener mis labios
besando esos senos y mis manos acariciándolos.

Cuando se llegó el día estaba muy emocionado, recuerdo que casi no dormí
de la emoción. Por la mañana intercambiamos algunos correos, contábamos
las horas para vernos. Yo había preparado algunas cosas para una sorpresa,
solo me faltaba comprar un par de rosas.

A la hora acordada, puntualmente llegamos a la cita, recuerdo que yo estaba muy nervioso, pero a
la vez emocionado, ella se veía más tranquila y algo preocupada, al parecer recibió una llamada de
su hija mayor que le extraño no encontrarla en la oficina… desafortunadamente no íbamos a tener
mucho tiempo.

Llegamos al motel y entramos al cuarto. Hacia el lado izquierdo de la puerta estaba el lavabo,
luego un par de sillones y enseguida el baño. Frente a la puerta estaba una regadera muy amplia,
rodeada solamente por un vidrio traslucido. Hacia la derecha estaba la recamara, iluminada
tenuemente, muy amplia, el mobiliario era de estilo minimalista, de madera color chocolate y
estaba casi nuevo, todo se veía muy limpio. La cama tamaño King Size tendida con sábanas blancas
y un cobertor café obscuro, frente a la cama había una pantalla de televisión y un reproductor de
DVD. Ninguna queja del motel.

Bonita se sentó en uno de los sillones de la entrada, quise darle un abrazo y un beso pero ella
estaba todavía pensando en la llamada de su hija, por un momento pensé que se estaba
arrepintiendo de estar ahí. Le pregunté si realmente quería continuar o si ya tenía que irse, para
mi fortuna me dijo que ya estábamos ahí, aunque tuviéramos poco tiempo 🙂

Le pedí que me esperara dos minutos para prepararle una sorpresa; literalmente la encerré en el
baño, jajajaja. Rápidamente prendí mi computadora y puse una lista de reproducción de música
que había preparado, encendí unas velas aromáticas y esparcí los pétalos de rosa sobre la cama,
mi idea era preparar una atmósfera relajada y que invitara al romance; que ella se sintiera muy
especial.

Fui por ella al baño, le pedí que cerrara los ojos y no los abriera hasta que yo le indicara; la guie
hacia a la cama y cuando estuvimos frente a ella los abrió, no pareció sorprendida, ni
particularmente entusiasmada :(.

Se sentó en la cama y junto sus manos, me dijo que tenía un poco de miedo, porque era la primera
vez que estaba con un hombre que no era su esposo. La abracé y comencé a besarla en el cuello,
la mejilla y cuando llegué a sus labios, los besé con ternura, ella me correspondió y a partir de ese
momento la pasión se encendió.

Continuamos besándonos unos momentos, Bonita me había comentado que le gustaría tener
muchos besos, caricias y “juegos previos”, pues con su esposo no los tenía y yo se los quería dar.
Al principio me enfoque en su cuello y sus labios; poco a poco iba desabotonando su blusa y
acariciaba sus senos, ella me ayudaba también a quitarme la camisa.

Cuando quité su bra la recosté en la cama, me coloque arriba de ella y volví a besar sus labios, baje
a su cuello y luego me detuve en sus senos, sus pezones se pusieron duros rápidamente, mmm
riiico!. Después de unos segundos comencé a bajar hacia su cintura, desabroche su pantalón y lo
bajé junto con los panties….

Casi no lo podía creer, era algo que había deseado durante varios meses, lo habíamos platicado
antes, pero ahora era el momento. Con la punta de mi lengua comencé acariciar su clítoris, luego
me extendí hacia los labios y la entrada de su vagina, sentí como se estremeció cuando metí la
lengua en su cosita, estaba ardiendo y muy húmeda…estuve jugueteando con ella unos minutos,
con una mano metía uno o dos dedos mientras mi lengua recorría todo su sexo iLo disfrute
muchísimo y traté que ella lo disfrutara también!, quiero pensar que no lo hice tan mal y para ella
también.

Mientras todavía le hacía sexo oral, me recosté a un lado de ella acercando mi pene a su cara, ella
lo tomó y comenzó a hacer lo propio, lo lamió, lo metió en su boca, beso mis testículos… en un
momento nos acomodamos para hacer un 69, yo arriba de ella ambos dándonos placer uno al
otro… la excitación llegó a lo máximo, ya quería estar dentro de ella.

Había dejado los condones en uno de los buros junto a la cama, me retiré un momento de ella
para ponerme uno, luego regresé y me puse arriba de ella, pero en posición de misionero,
comencé de nuevo a besarla y ella me correspondió dejándose llevar nuestros labios y lenguas
jugueteaban, coqueteaban, excitaban, mientras tanto, movía mi cuerpo para que mi pene rosara
su vagina, su clítoris y su monte de venus. Luego lo coloqué a la entrada de su vagina, lo empujaba
un poco luego lo retiraba, Bonita se estremecía y a mí me excitaba más. Varias veces hice esto,
cada vez penetrando un poco más, en el momento culmen nuestras bocas se fundieron en un beso
y al mismo tiempo la penetré completamente y me quedé ahí un momento, sintiendo como sus
paredes se contraían y nuestros cuerpos se entregaban completamente.

Luego experimentamos con otras posiciones, disfrutándonos mutuamente, muchos besos, muchas
caricias, miradas, olores, gemidos… mucha pasión… por momentos con movimientos lentos y
suaves que iban aumentando de ritmo e intensidad hasta que casi perdíamos el aliento -yo
principalmente – y nos deteníamos un instante, donde a veces alcanzaba a susurrarle palabras
como: “Bonita”, “hermosa”, “me encantas”, “que dulce eres”… y empezar de nuevo todo el
cortejo. En uno de esos momentos que más excitado estaba y que más potente me sentía le dije
algo como: “Cabrona me encantas, mira como me tienes” o algo así. En ese momento no me di
cuenta pero a Bonita no le gustó, se sintió agredida por mis palabras, aunque yo quise decir como
un halago, la ofendí sin querer…y ni cuenta me di.

No recuerdo cuanto tiempo duramos haciendo el amor así, o si fue solo sexo, en ese momento no
sabía la diferencia, hablando por mí, solo sé que tenía mucho tiempo sin coger así y disfrutar tanto
con alguien. Me di cuenta que si podía satisfacer a una mujer y eso me hizo sentir realmente bien.
Algo que me quedó muy grabado fue un momento nos detuvimos a recobrar el aire, agotado me
acosté junto a Bonita, viendo al techo los dos, platicamos algo, no recuerdo sobre qué. Le
pregunté si quería que le diera un masaje y ella accedió. Le pedí que se pusiera boca abajo y me
levanté por un aceite de cacao que llevaba preparado, era otra sorpresa que le tenía preparada.
Me monté arriba de ella a la altura de sus caderas, pero sin cargarle mi peso, con las rodillas
apoyadas sobre la cama, una a cada lado de su cuerpo y mi pene tocando sus gluteos. Puse aceite
en mis manos y comencé a darle masaje en sus hombros y espalda también en su cuello y sus
brazos. Cuando estuvo relajada seguí con el masaje del resto de su cuerpo, con movimientos
lentos pero firmes, extendiendo el aceite desde sus pies, pantorrillas, muslos hasta llegar a sus
nalgas asegurándome de pasar mis dedos por su entrepierna, mmmm muy excitante.

Después le pedí que se pusiera boca arriba para ponerle aceite en sus senos, más que masaje fue
agasaje, jejejej pero no dejo de ser muy erótico, en eso estaba cuando Bonita empezó a empezó a
acariciarse y a darse placer ella misma y a mirarme mientras lo hacía. Después tomó mi mano y la
guio hacia su clítoris, pero creo que fueron muy torpes, todavía no tenía en ese momento la
habilidad para acariciarlo como ella quería. Pero estaba tan caliente que volví a tomarla, pero
ahora más duro, la puse de perrito y la penetré con fuerza durante unos minutos antes de venirme
con un orgasmo muy intenso.

Tardamos unos minutos para recuperarnos, bueno más yo jijiji, nos metimos a la regadera, donde
yo esperaba seguir con las caricias y toqueteos, pero de repente como que se dio cuenta que
había volado el tiempo y era hora de regresar a la realidad.  ni modo…Nos cambiamos y
arreglamos rápidamente y salimos del motel.

Enfriamiento.
En el trayecto de regreso al estacionamiento en Chilis quise sacarle plática y ver cómo se sentía,
pero ya la sentí un poco presionada por regresar a su casa y no comentó mucho, me estacioné
enfrente de su automóvil, me bajé para abrirle la puerta, la acompañé hasta su carro y nos
despedimos con un corto abrazo. Le dije que la había pasado excelentemente bien que esperaba
que se repitiera muy pronto, solo sonrió un poco y me dijo “claro que si”.
Después de ese día la “relación” se comenzó a enfriar y la amistad también, las conversaciones ya
no eran como antes, los correos electrónicos se fueron espaciando, igual que los mensajes de
whatsapp que muchas veces se quedaban sin contestar, sobre todo cuando yo mencionaba
volvernos a ver o salir a tomar un café. Así que dejé de insistir y dos meses después de aquella
tarde ya no tuve noticias de ella… hasta 18 meses después… A lo mejor lo escribiré en el capítulo
2.
Con el tiempo conocí a otras chicas en la misma página, salí con casi todas ellas, tuve muchas
experiencias, cumplí muchas de mis fantasías, probablemente alguna vez escriba sobre ellas. Pero
Bonita tiene su lugar en mis recuerdos por haber sido la primera, en muchos aspectos.

Por rocio

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