Me preñaron y no fue mi marido

Todo comenzó hace unos años, estando con mi marido de vacaciones en Mar del Plata. Por lo general íbamos a una playa a 17 Km. al norte, donde estaba permitido hacer topless. Al principio no me animaba a dejar mis pechos al aire, usaba cola less y un día, en una pequeña playita de al lado, solté el corpiño y deje que Febo llegara a mis lolas. Poco a poco fui perdiendo la inhibición y me animé a practicar topless en la playa principal, mi marido no objetó nunca mi atrevimiento. Como él es muy blanco, no aguantaba el sol demasiado tiempo, así que resolvimos, que yo iría sola desde la mañana hasta aproximadamente a la 1a del mediodía, regresaría al departamento, descansaríamos luego de almorzar y volveríamos juntos a la playa en cuestión. así iban pasando las vacaciones, hasta que un día observe a un muchacho muy buen mozo que miraba discretamente, en especial a mis bubis desnudas. Ya casi era la hora de regresar a casa para almorzar, por lo cual sin reparar, en el chico volví al depto. almorzamos con mi consorte y lo apuré para volver a la arena. Ese día no hubo descanso y rápidamente emprendimos el corto viaje. Mi marido no entendía mi apuro, le mentí que ese día quería aprovechar el sol de la tarde. Cuando llegamos, estaba el chico, nos instalamos a mi instancia, cercano al mismo y traté de coquetearlo sin que mi marido se diera por enterado. Creo que lo logré, con la esperanza de encontrarlo, ya sola al otro día. Cuando volví por la mañana al día siguiente y subsiguiente, nunca volví a verlo. En las siguientes dos temporadas, iba a la misma playa con la esperanza de verlo, pero no apareció.

Ya había perdido la esperanza de verlo, cuando un día de la tercera temporada, mi esposo me acompañó a la mañana a dicha playa y ¡oh sorpresa!, estaba el chico paseándose a orillas del mar. Mi marido, nada tonto, había advertido mi seducción de hacía 3 temporadas y me dijo «Ahí está El Flaco» que tanto te gustó y que viniste 2 temporadas a buscarlo y no lo encontraste». Me quedé fría con la aseveración. me continuó diciendo, ahora tienes la oportunidad. Reaccioné y le respondí, es cierto que me gusta, pero no quiero faltarte. Me respondió, que si quería flirtear tenía vía libre. Me desconcertó su respuesta y le dije «estás seguro de lo que me decís». Fue expeditivo en su respuesta, me dijo «mira donde está su ropa, ponte a 3 ó 4 metros y trata de poner a su vista lo mejor de tu cuerpo, que es tu cola. No desnudes en seguida tus senos, dale tiempo a que el reaccione. Primero acuéstate boca a bajo y deja bien a su vista tus nalgas con el cola less, dale un buen espectáculo de «cola». Si no consigues, cuando el regrese de la orilla del mar tu objetivo de que te dirija la palabra, ve a orilla del mar y paseate moviendo tu cuerpo felinamente. Si el no se acerca, vuelve a recostarte en la lona y quítate el soutien elegantemente, levantando apenas tu torso, cuestión que apenas fugazmente dejes tus pezones al aire, pon, estirando tu mano el brasier en el bolso. Si El Flaco, aún no se decide, tápate con un brazo los senos y así dirijete al agua. Cuando regreses a la lona/silla, siéntate y deja las lolas al aire, De ahí en más tu poder de seducción hará el resto. Me dio toda una clase de como debía actuar, en tanto él se pasearía por la playa, dejándome me manejara sola. Luego de hacer todo lo recomendado, «El Flaco» me miraba con ansiedad, yo le miré y le sonreí, se acercó y me dio charla, yo sentada en la silla le invité a que tomara asiento en la lona. Así estuvimos largas horas, en un momento, se acerca mi mariudo, saluda al Flaco y se presenta como un amigo de mi marido, más bien alega un amigo de la familia. El Flaco se quedó cortado, no le dí importancia al evento. Mi marido no aguantaba más el sol, decidió encarar y decir «veo que tienes un amigo, así que no me necesitas como compañía, por favor acompáñame hasta el auto, así saco mi ropa y dinero para tomar el colectivo a MDP. Subimos junto al estacionamiento, allí le dije que si quería nos íbamos los dos, me contestó que de ninguna manera, que siguiera con mi jueguito, que nos veríamos más tarde y se marchó.

Bajé a la playa, donde El Flaco estaba preocupado, disculpándose, creyendo que mi marido, presentado como amigo de la lía. podría comentar el hecho, poniéndome en aprieto. Le calmé diciendo que era un amigo de «fierro» y que no comentaría absolutamente nada. Que todo quedaba ahí.

Ya todo aclarado, nos quedamos charlando, hasta que aproximadamente siendo las 6 pm llegaron un conjunto de chicas y chicos amigos del Flaco, para llevarlo a Santa Clara, donde estaban hospedados. Nos dimos un piquito de despedida, quedando en encontrarnos al otro día. Cuando le besé, apoyé mis tetas en su cuerpo, sentí que vibró plenamente.
Emprendí mi regreso a MDP, allí ansioso estaba mi marido, esperando le relate lo acontecido.

Al otro día temprano, me coloqué un cola less, hilo dental, que no había querido ponerme día anterior, mi marido había insistido en que lo use, pero me negué, con la promesa de que lo haría cuando tomara más confianza. Al verme mi marido me dijo entre sonrisas «rápido has tomado confianza». Sabía claramente por que lo había hecho. La parte de arriba, apenas tapaba las areolas, cuando hacía un mal movimiento, mis pezones quedaban al aire, no me preocupaba ya que yo hacía topless. La tanguita, apena cubría por delante mis labios inferiores, luego para atrás, era apenas una tira hasta la cintura, dejando completamente mis nalgas al descubierto, pero lo más riesgoso, es que si me acostaba boca abajo, no debía abrir las piernas, ya que el agugerito de mi ano, quedaba totalmente a la vista, surcado únicamente por el medio por la tira. Si lo analizo, «muy pecaminoso».

Así me dirigí a Playa Dorada en compañía de mi cónyuge, bajamos en el estacionamiento, yo llevaba un pareo para cubrir mi desnudez, abajo en la playa esperaba El Flaco Carlos. Bajé sola, cercano a él, me quite el pareo, no podía creer lo que veían sus ojos, atinó a decir «fantástica». Nos dimos un pico bastante prolongado, donde aproveché a apoyar mis tetas en su cuerpo, sentí que volvió a temblar. Coloqué mi lona en la arena y me tendí boca arriba, Carlos se acostó junto a mi, como la lona no era muy ancha, quedamos pegados cuerpo contra cuerpo. Mi marido de lejos nos contemplaba. En un arranque deshinibición, me volqué boca abajo y le pedí me pasara por la espalda bronceador, encantado se puso a la tarea, aprovechando, como quien no quiere la cosa, a masajearme de costado mis senos, yo levanté un poco el torso, facilitando que toda su mano manoseara mis pezones, llegó hasta la cintura y le pedí continuara por las piernas, para ello me abrí de piernas, dejándole una escandalosa visión. El orto, surcado por apenas un hilo, cuando llegó a los muslos, sus manos erraron y me acariciaron el aro prohibido, yo me dejaba hacer, sus manos se adentraron hacia adelante y acariciaron mi vulva, yo ya estaba mojada, aprovechando la humedad de mi entrepierna me introdujo un dedo en mi vagina y otro en el orto, haciendo que llegara a un orgasmo reprimido. Tengan en cuenta que soy multiorgásmica.

Allí él me dijo que no aguantaba más esa situación, que quería poseerme. Me levanté, junté silla y lona, le dije que ya volvía y me dirigí al estacionamiento, allí estaba mi marido que había visto toda la maniobra. Le dije, que él debía decidir, o bien nos íbamos al Dto. o bien yo bajaba y me entregaría a Carlos. Me preguntó que quería hacer yo, le respondí «Bajar», el me alentó y sacando dinero se fue a toamr el micro. Cerré el auto, bajé, tomé a carlos de la mano y lo dirijí a la playita solitaria. Ya allí me tendí sobre la arena boca abajo, Carlos se apresuró a repetir de meterme dedos en el orto y la vagina, yo estaba que estallaba, levantaba mi cola para permitir mejor penetración, me bajo el cola less, me alzo poniéndome en posición de perrito y me penetró vaginalmente, sin forro. Tiene una pija hermosa, larga y gruesa,m que me hizo delirar, rápidamente sus testículos golpeaban mis nalgas y el mete y saca, me fue arrancando orgasmo tras orgasmo. Hacía tiempo no sentía una poronga de esa dimensiones oradar mi vagina.

En un momento, le pedí ingresáramos un poco más en la cueva que se formaba en la playita, ya estábamos muy expuesto a la vista de terceros. Fuimos hacia adentro, me tomó una pierna que levantó, estando yo de espalda y así desde atrás mi cogió divinamente. Luego se recostó boca arriba y me monté en el, su pija me entraba como un estilete hasta el fondo de mi vagina. Tuve más de 10 orgasmos antes que el acabara dentro de mi. Al sentir su acabada, su lechita tibia inundando mi cajeta, estallé en un orgasmo indescriptible.

Me lavé con el agua del mar y regresamos a la playa principal.
A la tardecita le llevé en mi auto hasta la casa donde paraba con sus amigos en Santa Clara del Mar, quedando en que lo iría esa noche a buscar, para tomar un café e ir a bailar.
Cuando llegue a casa, mi marido no dudó en saber que me habían cogido muy bien, me dijo que se notaba en la cara de satisfacción que yo tenía.
Continuará

P.D. Envío una fotito mía. Espero les guste-

mony

Por rocio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *